Francisco Grande Covián -"Pachu", como le llamaba su maestro Severo Ochoa- cambió la percepción que en España se tenía de la nutrición. Y lo hizo siempre con un pie asentado en Asturias, concretamente en Colunga, su localidad natal. Ahora que se cumplen 25 años de su fallecimiento, Oviedo rinde tributo al científico con la exposición "Francisco Grande Covián: la estética de lo saludable", inaugurada ayer en Trascorrales.

La muestra recoge material del médico e investigador, pero también se sustenta en una parte artística creada para la ocasión por Juan Méjica. El artista recordó ayer que Grande Covián nació y murió un 28 de junio y que, por eso, es el momento de recordar su figura. "La de un gran científico, pero ante todo un magnífico divulgador de cuestiones relacionadas con la nutrición y la alimentación en general", señala Méjica. Ese es el carácter que recuerdan quienes conocieron al doctor, un hombre amable y muy dado a la típica sorna asturiana.

Grande Covián había investigado las llamadas enfermedades "carenciales", las surgidas en España después de la Guerra Civil. Esa experiencia, recuerda Méjica, le sirvió para irse a Minnesota (Estados Unidos) en 1954 y trabajar durante dos décadas, hasta 1974, en esas carencias relacionadas con la guerra de Corea. También les interesaban a los estadounidenses los conocimientos del asturiano sobre las dietas hipercalóricas en una sociedad marcada por la obesidad.

Méjica destaca de la trayectoria vital del colungués su relación con Severo Ochoa. "El Premio Nobel decía que le llevaba cuatro años de ventaja, porque era mayor que él, pero que el joven le aventajaba muchísimo más en sus conocimientos musicales", reveló Méjica, quien señaló que fue precisamente Covián quien aficionó al luarqués a la música.

En la exposición, Méjica ha encontrado una conexión entre su trabajo y el del científico. El artista presenta una colección de bodegones y menús. Obras que reflejan los utensilios de cocina o las dietas saludables que tanto defendió Grande Covián y por lo que fue reconocido. "Esos útiles de cocina tienen cierta similitud con los útiles del laboratorio del científico o con los que se pueden encontrar en el estudio de un artista", reflexiona Juan Méjica.

La exposición recoge también material desconocido del médico. Así, se pueden contemplar fotografías que le muestran trabajando en sus investigaciones, pero también otras de cuando era un niño en Colunga. Ese espacio también está reflejado en las creaciones del artista, ya que en Trascorrales se pueden contemplar retratos pintados por Méjica de Grande Covián embelesado ante la rasa costera de su localidad natal. Por cierto, una rasa costera que también ha pintado Méjica en alguno de los paisajes que cuelgan en Trascorrales.

La exposición ha sido organizada por la Fundación Méjica, en colaboración con la Universidad de Oviedo, la Real Academia de Medicina y el Ayuntamiento de Oviedo. La intención es ir más allá de lo expositivo, por lo que se organizarán charlas sobre alimentación y gastronomía.

A la inauguración acudieron Mario Arias, vicealcalde de Oviedo; Iván Aitor Lucas, director general de Innovación del Principado; Santiago García Granda, rector de la Universidad; Alfonso López Muñiz, decano de la Facultad de Medicina; Julio Bobes, presidente de la Real Academia de Medicina, y Óscar Pérez, alcalde de Valdés. La muestra se puede visitar hasta el 25 de agosto. El horario de lunes a sábado es de 12.00 a 14.30 horas y de 19.00 a 21.00 horas, mientras que los domingos y festivos va de las 12.00 a las 14.30 horas.