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La candidatura de la ilusión

Los ovetenses apoyan que la ciudad opte a ser Patrimonio de la Humanidad como revulsivo para la economía y el Antiguo

Una guía, vestida como La Regenta, en la plaza de la Catedral.

La decisión del Ayuntamiento de presentar la candidatura de la ciudad a Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco ilusiona a los ovetenses. A nadie se le escapa que el reto es complicado y que habrá que enfrentarse a una dura competencia, pero la opinión generalizada entre los numerosos representantes de la sociedad local consultados por LA NUEVA ESPAÑA es que la capital de Asturias tiene razones más que suficientes para alcanzar un reconocimiento que conllevará indudables beneficios para el fomento del turismo y para la recuperación de elementos de valor histórico cuyo estado de conservación es manifiestamente mejorable.

Para empezar, tal y como indica Pedro Sánchez Lazo, presidente de Tribuna Ciudadana, hay que diseñar una buena candidatura, en la que queden perfectamente acreditados los méritos ovetenses y el perímetro a proteger. "Hay que ser muy selectivo con la propuesta. La Unesco no pasa cualquier cosa y hay que recordar que la candidatura de hace veinte años para el Antiguo fracasó por la restauración del Fontán", subraya Sánchez Lazo, quien ve en la iniciativa que ahora da sus primeros pasos "una buena oportunidad para corregir errores".

El arzobispo Jesús Sanz Montes sostiene que "Oviedo tiene su modo de mirar la realidad" y "una preciosa herencia cultural digna de figurar en el elenco de la Unesco". El prelado destaca que "la comunidad cristiana ovetense ha cuidado de las iglesias prerrománicas, románicas y góticas que hacen de Oviedo un atractivo patrimonio que a todos nos enriquece".

Desde el ámbito económico y empresarial, el ahora presidente de la Cámara de Comercio, José Manuel Ferreira, considera que la iniciativa municipal es "muy positiva". "Son tiempos en los que se necesitan proyectos comunes muy ambiciosos que sumen y que unan. Estamos ante una buena noticia que hace que Oviedo sea más capital por ejercer de capital que por privilegios antiguos", destaca Ferreira, que sustituye temporalmente a Carlos Paniceres al frente de la entidad cameral.

Graciano García, director emérito de la Fundación Princesa de Asturias, también se suma a quienes valoran positivamente la iniciativa y ven posibilidades de que salga adelante. "Me parece una aspiración lógica, factible y necesaria", señala García, en línea con la opinión del oftalmólogo Luis Fernández-Vega, actual presidente de la Fundación. "Me parece fenomenal. Es un reconocimiento muy bueno para la ciudad, porque la pondría en el mapa del mundo mejor situada de lo que está. Todos serían beneficios tanto para Oviedo como para el conjunto de la región", resalta.

Celestino Rodríguez, decano de la Facultad de Formación del Profesorado de la Universidad, subraya que la iniciativa ante la Unesco "también supone un compromiso con las generaciones futuras, lo que genera una responsabilidad añadida a todos los ovetenses". A su juicio, "las responsabilidades y compromisos para dejar una ciudad mejor no tiene por qué ser algo negativo, sino lo contrario".

Los representantes de gremios como el turismo o la hostelería consideran que la distinción de la Unesco sería un gran impulso para potenciar un sector con mucho peso en la economía ovetense. "Estaríamos hablando de una gran noticia. Entre otras muchas cosas, si Oviedo logra el título de Patrimonio de la Humanidad crecería muchísimo el turismo en la ciudad, tanto nacional como internacional. Eso beneficiaría a nuestro sector y en general a toda la región", señala el presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo en Asturias (Otea), José Luis Álvarez Almeida. "Está claro que sería un salto de calidad", añade el presidente de la patronal.

Edén Jiménez, que es el presidente de la asociación de hosteleros de la Ruta de los Vinos se mantiene en la misma línea que Álvarez Almeida. "A nosotros nos parece que sería algo muy positivo para la ciudad y para nuestro sector. Todo lo que sea poner a Oviedo en el mapa internacional es poner en el mapa a sus hosteleros y a la ciudad en general", sostiene. La presidenta de los comerciantes del Oviedo Antiguo, Sandra Sutil, también es de las que piensa que la concesión del título por parte de la Unesco supondría un gran beneficio para Oviedo. "La ciudad se convertiría en un escaparate para el turista. Además, el título traería consigo mejoras en el casco histórico, algo que venimos solicitando hace tiempo y que mejoraría mucho la imagen de Oviedo", dice.

Los representantes de las asociaciones de vecinos consultados también piensan que la declaración de Patrimonio de la Humanidad llegaría con un pan debajo del brazo. "Este tipo de distinciones dan opción a recibir ayudas económicas que podrían emplearse en beneficio de la ciudad. Todo lo que sea mejorar Oviedo va a contar con el respaldo de los vecinos como no podía ser de otra manera", sostiene Pablo Fernández Cabañas, el portavoz de la asociación vecinal San Juan de La Corredoria. Rubén Fernández, del colectivo Ciudad Naranco Existe, apoya esa postura. "Sería algo muy positivo y hay que intentar lograrlo con todas las fuerzas porque no traería más que beneficios para la ciudad. Sólo hay que pensar en la repercusión que tendría desde el punto de vista turístico, vendría gente de todo el mundo al reclamo de una distinción que es muy importante", señala Fernández.

Oviedo ya trató hace algo más de veinte años de que su casco histórico fuera Patrimonio de la Humanidad. La iniciativa se quedó a medias, ya que la Unesco limitó la declaración a la Foncalada, Santullano y la Cámara Santa. La dirigente vecinal Eva Sánchez advierte: "Hay que hacerlo bien para que no vuelvan a rechazarnos".

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