La seguridad empieza en tu propio cuerpo. Y sobre todo, en el de la Policía Local ovetense. Esa es la idea del cursillo exprés impartido ayer en el edificio de Seguridad Ciudadana orientado a convertir a veinte agentes, que ya están patrullando por las calles, en "tourist- friendly", amables con los visitantes, para que estos regresen a sus casas con un montón de historias que contar, una gran cantidad de recuerdos para repetir y sobre todo, con ganas de volver a disfrutar de la ciudad.
La clave de esta formación rápida impartida por Miguel Morán es que los turistas se sientan en Oviedo como si fuera su propia casa. Para ello, aportó una serie de claves respecto al lenguaje corporal que tenían que utilizar para lograr esa comodidad. "Un bebé comienza a percibir a los 45 días su entorno, y lo primero que ve es la expresión de su madre; es una cuestión de supervivencia", comenta el instructor, que entiende que la forma de comunicación de los agentes es esencial para cumplir su cometido con los turistas. Y lo ejemplifica con una situación práctica: salir de un tren en una ciudad desconocida; "buscas una cara afable para que te indique una dirección o una estación de taxis. Si encuentras hostilidad, no quieres regresar".
Otro de los puntos en los que radica la instrucción es en la gestión de los conflictos. Según cuenta Morán, es muy importante que el agente trasmita la seguridad que representa, y para ello, la posición corporal es básica: tiene que estar relajado, respetando la distancia que necesite cada persona. Y sobre todo, recalca una cuestión esencial en la que yerran muchos "millenials": la escucha activa; "es muy importante mirar a los ojos del interlocutor, y sin perder la atención, si no pueden sentir que no les estás dando importancia".
Todo esto lo trabajan mediante una parte teórica y una parte práctica. En esta segunda sección, hay tres bloques: individual, por parejas y rotando las parejas y en grupo, lo que llaman "El hormiguero"; todos son hormigas que interaccionan adaptándose a la situación que el interlocutor les presente. Lo más difícil muchas veces es que dos agentes se miren a los ojos, porque genera incomodidad. "Los chicos suelen ser más tímidos que las chicas", comenta el entrenador. Además, la hostelería tiene un papel de vital importancia en esta formación, para lidiar con los enfrentamientos que se desarrollan dentro de los establecimientos, ya que según recomienda Morán, policía y hosteleros tienen que funcionar como aliados y nunca como enemigos.
Este curso es una novedad, ya que, según explicaron en la inauguración, solo se ha hecho algo parecido en Asia y en un pequeño pueblo español. Por ello, contó con representantes de policía local foránea: Mario Gallego, agente de Ponferrada y el inspector jefe de la Policía Local de Llanes, Miguel Gómez. "Este es un eslabón más para que los visitantes puedan sentirse seguros en Oviedo", aseguró el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado. En la misma sintonía fueron las declaraciones del concejal de turismo, Alfredo García Quintana, que se mostró "satisfecho" e "ilusionado" con este proyecto. Según garantizaron ambos, lo repetirán en futuras ocasiones.
