Una fabulosa obra de Jan Brueghel de Velours, "Las tentaciones de San Antonio", pintada a principios del siglo XVII, sirve de eje a la exposición "El diablo, tal vez. El mundo de los Brueghel". Este monumental lienzo, de 230 por 148 centímetros y pintado al óleo, y que forma parte de la colección del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, sirve de bisagra en la muestra, conectando la obra del padre de Brueghel de Velours, el propio Jan Brueghel el Viejo, con la de sus coetáneos y con los artistas que, tras su muerte, volverán sobre la temática "tentación-pecado-diablo".