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El Antiguo reparte innovación al comercio

Las tiendas del casco viejo idearon en la cuarentena "Recadea", un sistema de venta telefónica que ahora exportan a todo Oviedo

Los repartidores de "Recadea", junto a su furgoneta. Por la izquierda, Manuel Durán, Celia Lizarazu, Belén Serrano, María Soledad Tejón, Fatu Nisba y Ana María Fernández-Cid. LNE

Pedidos "vía whatsapp" al comercio de proximidad que llegan a las casas de toda la ciudad. Así funciona "Recadea Oviedo", una iniciativa "surgida de la necesidad" de los comerciantes del Antiguo. En pleno confinamiento se vieron con la tienda cerrada, continuos gastos y sin forma de poder vender. Ahora, la necesidad se ha hecho virtud y la venta a domicilio se ha mantenido, crece y los promotores no descartan que se convierta en un proyecto empresarial propio en el futuro.

Durante la cuarentena, los comerciantes solicitaron ayuda al Ayuntamiento para poner en marcha un proyecto en el que los clientes pudieran solicitar el producto del establecimiento que deseasen por teléfono o whatsapp y ellos se encargaban de que llegase a sus casas. La idea la tenían. Solo les faltaba el sí del Consistorio, que aceptó rápidamente y proporcionó una furgoneta y tres repartidores pertenecientes al plan de Empleo del Ayuntamiento. La colaboración funcionó bien, y por eso decidieron ahora extender el proyecto a todo Oviedo, coordinado por la asociación del Antiguo.

"Teníamos que organizar algo que no fuera presencial. Muchos teníamos tienda online, pero no podíamos garantizar la inmediatez en la entrega", explica Cristina García, secretaria de los comerciantes del Antiguo y una de las principales promotoras de proyecto. Y el día uno del confinamiento, el 14 de marzo, se pusieron a trabajar: dos personas respondían a los wasaps y llamadas y redistribuían en las tiendas las peticiones de los clientes. "Me llegaba un mensaje al móvil con el pedido y nombre de la tienda, y yo me encargaba de hacérselo llegar al dueño para que lo tuviera preparado para la hora del reparto". Lo empezó a hacer desde su casa durante la cuarentena y ahora coordina los pedidos desde su tienda. El cliente solo tenía que enviar el recibo de pago por vía telemática y pagaba un extra por el servicio. Al día, durante el confinamiento, podían llegar una media de 15 o 20 pedidos. Y si bien ahora se han reducido, los encargados de las tiendas alternan la atención presencial con la entrega de pedidos.

Como el proyecto funcionó tan bien para suplir las pérdidas de las tiendas cerradas durante el estado de alarma, los comerciantes del Antiguo solicitaron mantener la furgoneta y repartidores del Ayuntamiento. La concejalía de Economía, del edil Javier Cuesta, pensó más allá y hace un mes aproximadamente les ofreció ampliar la iniciativa: coordinarían el reparto por toda la ciudad. De esta forma, todos los dueños de locales y establecimientos podían disfrutar de "Recadea Oviedo". Y con ello vino también el aumento de la plantilla: pasaron de tres repartidores a los ocho que se mantienen a día de hoy. "Estamos muy contentos porque no creíamos que fuéramos a trabajar después de la cuarentena", cuenta Ana María Fernández-Cid , una de las beneficiarias del plan "Oviedo, Ciudad Semilla" del Ayuntamiento, con el que se gestiona este proyecto.

Los comerciantes del Antiguo también quisieron llegar más lejos y pusieron en marcha una nueva modalidad orientada a los turistas. En este formato, muy vinculado al Fontán, los pedidos son presenciales y luego ellos se encargan de que los productos comprados en el mercado lleguen al hotel o el lugar donde estén alojados. "Y así no tienen que ir a comer cargados de bolsas y nosotros podemos seguir vendiendo", evidencia García, que ve en estos puestos no ya un local de "Recadea" sino un punto de información. Ahora el problema es dar a conocer el servicio a los turistas. Con ese afán, han pedido instalar dos cabañas informativas en el centro de la ciudad que sirvan también de "guardabolsas". Por un lado, darán información del sistema y, por otro, servirá para dejar allí las compras y seguir la visita. "Las casetas serán azules y verdes, por los colores de la ciudad y por lo sostenible", describe ilusionada García, la dueña de la cestería del Fontán.

El valor añadido de esta iniciativa, según cuentan los comerciantes, es que pueden ofrecer un trato directo a los clientes, un asesoramiento como si estuvieran en la propia tienda. De hecho, lo que se plantean es que "Recadea Oviedo" sea solo un punto de inicio de algo mucho más grande. Por eso, ahora los repartidores están haciendo "trabajo de campo", informando a los comercios ovetenses y promoviendo la digitalización blanda, es decir, que todos los establecimientos tengan la posibilidad de una plataforma de pago vía telemática y el abanico de productos disponibles online.

El objetivo es que, en un futuro, no sea el teléfono de "Recadea" el que distribuya los pedidos, sino que se establezca un contacto directo con la tienda en cuestión a la que se quiere realizar el pedido. Tampoco descartan que la iniciativa se convierta en un negocio, pero de momento viven al día. "Somos comerciantes; fue una cuestión de instinto", defiende Cristina García.

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