La hostelería ovetense acoge con entusiasmo la llegada de numerosos visitantes en el verano más atípico de la historia. Los empresarios de la calle Gascona atribuyeron las colas formadas para comer en algunos establecimientos a que la temporada alta está siendo "normal de afluencia a pesar del virus" y ven en la gran afluencia turística un balón de oxígeno tras meses de confinamiento e ingresos casi nulos. "Nos están ayudando mucho", apunta Juan Carlos Martínez, del restaurante Tierra Astur.
La inestable meteorología de ayer hizo que las calles ovetenses se llenaran de gente en pleno lunes, aumentando considerablemente las ventas esperadas por bares, restaurantes y pequeños comercios. "Hubo fruterías que hasta quedaron desabastecidas tras no parar de vender toda la mañana", indicó una habitual de los negocios de proximidad del centro.
Con todo, los hosteleros lamentan no poder sacar el máximo provecho a la situación. "Las colas son más grandes que habitualmente por las limitaciones de aforo", puntualiza Juan Carlos Martínez, recordando las restricciones a las que los restaurantes se ven sometidos a raíz de la pandemia. La mayor separación de las mesas y la imposibilidad de utilizar la barra en muchos casos hacen que las ventas estén por debajo de las de otros años. "La afluencia está siendo muy buena, pero por desgracia hay gente que tiene que dar la vuelta por no tener sitio", coinciden varios trabajadores de los establecimientos situados a ambos lados de la calle ovetense conocida como el Bulevar de la Sidra.