Aunque la ordenación del tráfico del HUCA fuera necesario, los taxistas se muestran descontentos por la forma de llevarla a cabo. Para ellos, los pivotes rojos de la parada frente a Consultas Externas son un "engorro", realizados por gente "que no vive de esto, que está de fuera del sector". Eso no quita para que admitan que la situación previa no era sostenible: se acumulaban en la glorieta, sin orden ni concierto y era imposible seguir la "ley no escrita" de los taxis de elegir al primero de la fila.
Ahora, con los pivotes, se quejan: "si hay una emergencia, el coche no puede salir", cuenta el conductor Ángel Pérez. También les preocupa a la hora de retirarse. Si un coche está en medio de la cola, las tardes pueden llegar a ser eternas, con más de una hora de espera. "Por las mañanas, va algo más rápido", reconoce el patrón Juan Carlos García. Además, protestan porque cuando el autobús está en la parada, en la calle Aldea Cerdeño, impide la salida de los vehículos, ralentizándoles el viaje.
Por otro lado, aquellos que están frente a Urgencias tampoco están satisfechos con la nueva obra. Consideran que su ubicación no está correctamente señalizada y que el sistema de llamadas existente no es el adecuado. Según explican, cuando llaman para esa zona, centralita avisa al taxi que más tiempo lleve entre las paradas de Urgencias y Hospitalización, y los que paran en el nuevo emplazamiento consideran que deberían tener prioridad. Los usuarios, como Laura Somer. están contentos. "El HUCA es muy grande, está bien facilitar el acceso", afirma. Pero también se queja de la mala señalización. Con el nuevo aparcamiento ya estrenado, su marido "no se dio cuenta" y caminó hasta Hospitalizaciones a por el taxi.
