La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Israel de la Peña | Artista, inaugura hoy exposición en la galería Dos Ajolotes

"Mi obra busca una relación emocional intuitiva más que un diálogo conceptual"

"En el confinamiento no pude trabajar, iba al taller y no me gustaba lo que hacía, tenía demasiadas cosas en la cabeza como para pintar"

"Mi obra busca una relación emocional intuitiva más que un diálogo conceptual" Fernando Rodríguez

No se llama Israel y no nació en Oviedo, pero sí que es el artista ovetense Israel de la Peña que hoy inaugura exposición en la galería Dos Ajolotes (Pozos, 1). La muestra "Pinturas" se abre al público dentro del acto "Apertura", en que el por primera vez en la historia todas las galerías de la ciudad arrancan la temporada el mismo día y con el apoyo de la Fundación Municipal de Cultura. Las salas abrirán hoy de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas. Lo dicho. Es ovetense porque su nacimiento en La Coruña fue un accidente, al adelantarse el parto a los ocho meses y pillar allí a sus padres. En realidad, se llama Jacobo de la Peña, pero por una de esas cosas que ocurren en las familias, en casa siempre le han llamados Israel. Estudió grabado y estampación en la Escuela de Arte de Oviedo, la misma en la que ahora es profesor interino.

- Su exposición se llama simplemente "Pintura", ¿no tiene nada más que añadir?

-No. La colección no tiene ningún concepto unificador, es simplemente pintura, lo que llevo haciendo desde el año pasado.

-¿Y qué es lo que está haciendo?

-Es arte abstracto muy sencillo, todo reducido a la esencia. Un diálogo entre la luz y la sombra, llevándolas a los límites.

- Dice que no pretende que su obra establezca un diálogo con el espectador.

-No. Está más dirigido al aspecto emocional que al conceptual. Es muy sencillo. Quiero que exista una relación emocional directa e intuitiva más que un diálogo conceptual. Son obras que no generan poesía conceptual al observarlas.

- ¿Una obra más estética que ética, podríamos decir?

-Diría que es una obra de la quietud. En este caso la estética conlleva mucho análisis, mucho trabajo y reflexión. Son obras muy trabajadas que en algunos casos dejo a medio hacer, las dejo descansar, paradas, para retomarlas más tarde.

- No busca la poesía pero sí que la genera.

-Todo depende del espectador, y en especial de su estado de ánimo. Son obras que reflejan un estado anímico.

- ¿Algo que ver con el confinamiento?

-Para nada. Durante ese tiempo no pude trabajar. Iba al taller y no me apetecía nada pintar. Me esforzaba y hacía cosas, pero no me gustaba lo que salía. Para pintar necesito un estado de ánimo calmado, tal vez comparable al que se tiene en vacaciones, cuando te desprendes de todo, te vacías, y durante el confinamiento no tenía la cabeza para pintar.

- Todos los lienzos presentan esa dicotomía de colores dividida por una línea horizontal que bien podría ser un horizonte de ese verano del que habla.

-Sí, pero más que un objetivo cuando pintaba es una analogía que fue surgiendo. En todas las obras hay una línea horizontal por esa dicotomía entre la luz y la sombra. En realidad, es algo ficticio, el horizonte es el lugar en el que fijamos la vista, pero que no existe.

- La exposición forma parte de la "Apertura" simultánea de todas las galerías de Oviedo, y con apoyo municipal.

-Es algo estupendo, tanto una cosa como otra. El sector cultural está en un momento delicadísimo. Venía muy tocado desde la crisis de 2007 y ahora se necesita arrimar el hombro. Los galeristas son muy valientes y es el momento de que las administraciones los apoyen.

- ¿Qué tal el inicio de las clases en la Escuela de Arte?

-Raro. Pero noto a los alumnos con muchas ganas de volver a clase, a la normalidad, a hacer cosas y desarrollar sus proyectos artísticos en la Escuela.

Compartir el artículo

stats