"Genial. Me lo he pasado muy bien y le aconsejo a todo el mundo que intente ponerse unas gafas de realidad virtual al menos una vez en la vida. Es una pena no poder repetir". Cristina Fernández salió ayer entusiasmada de la Fábrica de Armas de La Vega. Acudió con un amigo, Pablo González, a ver el Link. Un festival que ofrece de manera gratuita la posibilidad de vivir experiencias de realidad virtual y aumentada, contemplar instalaciones artísticas y asistir a conciertos durante tres días (hasta mañana) adaptándose a las medidas de seguridad y restricciones derivadas del coronavirus. Las entradas se agotaron tras estar disponibles en internet y los afortunados que lograron hacer sus reservas entraron ayer de manera escalonada en base a diferentes franjas horarias. Así, ayer hubo cuatro grupos de 60 personas que pudieron visitar el festival durante una hora. Los primeros entraron a las 15.30 horas, con el sol pegando fuerte, y los últimos a las 20.00 horas, aunque también hubo una visita final más numerosa -de 270 personas- que accedió por tandas para asistir a las 22.00 horas al concierto de "Fasenueva + Cruhda" con visales de "Marta Verde". Eso sí, sentados en sillas separadas metro y medio.
"¡Hala!, ¡Qué fuerte!, ¡Voy a cortar este tronco!", Cristina Fernández parecía hablar sola con unas gafas de realidad virtual puestas mientras participaba en la actividad "Atlas" en la nave conocida como M1. "Te da la sensación de estar en un mundo paralelo en el que puedes interactuar y crear cosas de la nada", explicó con la banda negra de protección aún puesta.
En la calle opuesta, Consuelo Martín contemplaba en la nave de Metrología la instalación "Dosis mínimas" del colectivo "Offmothers". Una tienda de campaña, dos hamacas , una mesa de cocina y hasta una olla exprés reciben al visitante, que de inmediato percibe que está en un escenario a medio camino entre la realidad y los sueños: La vida de una madre entregada y sus deseos de irse de vacaciones. Con movimiento, luces, proyecciones, sonidos y hasta el vapor de la olla, el colectivo artístico transmite al espectador la angustia de la protagonista. En una de las pantallas aparece una imagen en blanco y negro, de la televisión americana de los años 50. Un matrimonio está cenando, el hombre se enfada y tira el plato al suelo. Sobreimpreso en la pantalla aparece el anuncio de un medicamento: "Butisol. When nervous tension augments family problems". En español: "Butisol. Cuando la tensión nerviosa aumenta los problemas familiares".
El concejal de Cultura, José Luis Costillas, también hizo el recorrido. "Este es un festival innovador que queremos que pase a formar parte de la agenda cultural de Oviedo. Además, hoy es un día importante porque comienza la temporada de Opera y el Link, logrando que confluya en una misma ciudad lo clásico y lo innovador". A su lado, el director del programa, José Castellanos, matizó que el objetivo de las actividades es incluir al visitante en ellas haciendo la experiencia interactiva.
Justamente eso fue lo que sintió ayer Jairo Cabezuelo, de 12 años, al ver la película de realidad virtual "BattleScar". "Está bastante bien hecho. En general, me está gustando mucho, aunque ha habido fallos en las gafas de algunas actividades". Para el chico, lo más llamativo del festival es la realidad virtual y la instalación artística que corona parte del edificio, unos grandes tentáculos verdes y morados.
