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El escolano que quiere emular a Jesús

Miguel Vilariño se convertirá este domingo, con 27 años, en el sacerdote más joven de Asturias: "La clave es ser cercano y sencillo"

Miguel Vilariño, ayer, a la entrada del Seminario Metropolitano. IRMA COLLÍN

Tuvo dudas, temió ser rechazado por parte de su entorno e incluso estuvo cerca de orientar su vida hacia el trabajo en una oficina, pero al final le pudo más su deseo de estar más cerca de la casa de Dios. Miguel Vilariño pondrá el domingo la guinda a siete años de formación en el Seminario Metropolitano. Este ovetense de 27 años se ordenará como sacerdote en un acto programado para las 19.30 horas a puerta cerrada en la Catedral de Oviedo. "Ahora aspiro a lo más alto, a la santidad", dice el joven cuyo primer destino será la unidad parroquial de Cangas del Narcea, donde llevará nada menos que 30 parroquias junto a otros dos religiosos ordenados hace seis y siete años.

Apenas tenía consciencia cuando el vecino de La Argañosa empezó a dar pistas de su vocación. "Quiero ser cura", dicen que le espetó a sus familiares en más de una ocasión siendo muy pequeño. Su vinculación a la Iglesia se reforzó empujado por su afición a cantar. Estuvo en la Escolanía de Covadonga entre los 7 y los 12 años, pero a partir de ahí se trasladó a Pola de Lena por motivos laborales de su madre, fallecida el año pasado, y vivió unos años de fe menos intensa. "Hay una especie de miedo al rechazo que te echa para atrás", apunta sobre un periodo en el que buscó otras alternativas, llegando a matricularse en un ciclo formativo de administración.

Fue hace siete años cuando su vida dio un vuelco definitivo. "Aspiraba en lograr un trabajo y llevar una vida tranquila, pero me di cuenta que eso no me llenaría", explica. Los consejos de un sacerdote cercano y el deseo de emular a Jesús hicieron el resto. "Mi vocación no viene de un suceso extraordinario ni puntual, es fruto de un cúmulo de episodios", comenta en una sala de estar del Seminario, del que se despedirá en cuestión de semanas rumbo a su nueva etapa vital.

Preguntado por sus planes para tratar de dejar huella en los feligreses del occidente asturiano, Vilariño tiene muy clara la receta. "La clave es ser cercano y sencillo, como Jesús", apostilla al mismo tiempo que admite estar "muy ilusionado" con el acto del domingo en el que también serán ordenados cinco diáconos. Junto al nuevo cura estarán cinco nuevos diáconos. Los aspirantes a sacerdote Arturo José Matías Gutiérrez, de Gijón, y Marcos Argüelles Montes, de Pola de Siero, serán ordenados diáconos transitorios y los laicos avilesinos José Luis García, Antonio Huélamo y Alfredo Jesús García se convertirán en diáconos permanentes.

El ovetense dice no tener todavía nervios ante la celebración religiosa. El año pasado ya fue ordenado diácono y enviado a la parroquia de Moreda de Aller, donde ha tenido su primera experiencia en una parroquia rural. El hecho de que su puesta de largo llegue en plena pandemia no le disgusta en exceso. "Tuve que esperar cinco meses más de lo normal y la situación no es la mejor, pero es lo que nos ha tocado vivir y tampoco me quejo", relata.

Tras recibir la bienvenida al clero por parte del Arzobispo, Jesús Sanz Montes, y varios sacerdotes de la diócesis el domingo, Vilariño iniciará una especie de gira de presentación por sus templos favoritos. Oficiará su primera misa el sábado de la próxima semana en la Basílica de Covadonga, posteriormente oficiará otra en Moreda de Aller y el 26 de septiembre a las 20.00 horas estará al frente de una celebración religiosa en su parroquia de San Pablo de La Argañosa. "No podía faltar", apunta en voz baja evidenciando las ganas de dar misa en casa.

Tampoco oculta el todavía seminarista su alegría por convertirse en el cura más joven de Asturias. Recuerda, no obstante, que el honor le durará poco tiempo, aunque lo saboreará. "Lo seré solo hasta el año que viene cuando Marcos Argüelles sea ordenado sacerdote, pues le saco un mes", advierte sobre un título oficioso ostentando en la actualidad por Luis José Fernández, párroco de Pola de Laviana.

Sobre la escasez de vocaciones en Asturias, ve necesario hacer puntualizaciones. "Aunque la religiosidad no es tan fuerte como antaño en una región de un millón de personas tenemos once seminaristas y todos los años se incorpora alguno más. No estamos tan mal", defiende para luego explicar su postura acerca de los motivos de la decreciente fe entre los jóvenes. "En la actualidad hay muchos ataques y se lanzan muchas mentiras sobre la Iglesia y eso influye para mal en la sociedad", opina, animando a "rezar" para dar la vuelta a la situación. Un reto aceptado por un escolano dispuesto a poner todo de su parte para seguir los pasos de Cristo. "No se trata de ser un nuevo Jesús, sino de seguir los pasos que le hicieron tener tantos seguidores en su época", proclama el último exponente del recientemente remozado Seminario Metropolitano de Oviedo.

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