No hizo falta que David Bisbal arrancase con la primera estrofa de su canción más conocida, porque el coro improvisado, que era el público de ayer del Príncipe Felipe, ya está cantando: "Bulería, bulería" . El de Almería les responde:_"tan dentro del alma mía". Y comienza su famoso baile:_patada, salto y giro, con movimiento de sus rizos rubios. El auditorio contesta exaltado, y al final de la canción, una ovación. "Bisbi, bisbi", corean. También se oyen varios "guapo" e incluso un piropo más asturianizado: "David, bollu", en un concierto que recoge clásicos y canciones actuals del cantante.

David Bisbal salió ayer al auditorio vestido con un traje negro sin corbata, unos zapatos de charol y una arrebatadora sonrisa. A mitad del concierto, el calor hizo que se quitara la chaqueta. "Es hora de ponerse a bailar", le indica a un público entregado de antemano, mientras suenan los primeros acordes de "Quien me iba a decir". "Hizo un pacto con el diablo porque cada año está más guapo", suspira Jenifer Llaneces mientras espera en la puerta de atrás del auditorio a que pase el músico. En su rostro, hay una mascarilla que ha diseñado ella misma con David Bisbal en dos de sus últimos conciertos. "Tuve que hacerla varias veces para que me quedase justo como yo quería, pero sale guapo igual", reconoce. Su amiga Elisabet Tejedor lleva otra igual y tiene los mismos sentimientos por el músico: "No hay otro como el, que me guste tanto".

La espera, desde las cuatro y media de la tarde, les mereció la pena "a medias". En su entrada al recinto, Bisbal dio dos toques a la ventana de la furgoneta pero con los cristales tintados no pudieron ver el interior, donde estaba el músico. Aunque se quedaron algo "chafadas", las expectativas en la noche eran muy altas. Y no les defraudó. El de Almería las conquistó con "Ruido" o "Mi princesa", canciones que deseaban fervientemente que sonasen. "Estuvimos esperando desde las ocho de la mañana para comprar la entrada, y justo antes de las diez se me estropeó el ordenador. Pensé que me quedaba sin ella", cuenta la diseñadora de la mascarilla. Y a las 10.01 horas del viernes en el que salieron a la venta los abonos, según matiza, lo más cerca del músico que consiguió estar fue en la décima fila. En menos de dos horas se agotarían.

"Bulería" no fue el único de sus clásicos que cantó el almeriense. Su último bis, que hizo enloquecer al público, fue la canción de "Ave María", su primer single allá en el año 2002. Y también fue su forma de cerrar su gira "Íntima", después de haber reproducido el concierto en "streaming" para que todo el mundo pudiera verlo. Sobre la batería, se subió el de Almería y se despidió con una mano alzada, y un gesto de agradecimiento:_al público, a su equipo y a todo el que había hecho posible que el pudiera estar sobre el escenario durante el día de ayer.

"Ave María" fue la guinda del pastel, pero Bisbal se sintió querido por el público en todo momeno. Por ejemplo, con "Mi princesa" había "opiniones" divididas sobre cómo escuchar la canción - después de que David Bisbal se la dedicase "a todas las mujeres" y a todo el que estuviese presente -. Había quienes ovacionaban al cantante con un "ole" cada vez que acababa una estrofa, otros que cantaban con él y por último, los que chistaban a los dos grupos anteriores para oír solo al músico. Al final, ganarón los primeros y las voces, silbidos y aplausos inundaron el auditorio. Y_en primera fila, lágrimas de emoción surcaban los rostros enmascarillados y emocionados de un público extasiado.

Las luces acompañaban al periplo del cantante en el escenrio. En "Mi princesa", el foco le alumbraba directamente, pero en la de "En tus planes" el escenario se tornó una fiesta. Y cada golpe de cadera que hacía David Bisbal le seguía un grito del público. Palmadas acompañandole en la canción de "Ruido", con manos alzadas que hubieran encendido un mechero si se hubiera podido. Con el aforo reducido a 700 personas, el cantante también recordó la situación actual y habló, escuetamente y con una moraleja positiva, sobre cómo había sido su confinamiento. Y fruto de ello, entonó para el auditorio "Si tu la quieres", una canción que ya era "más de su gente" que suya.

Varios gestos acompañaron Bisbal en la escena. Con los brazos extendidos, puños cerrados y el dedo índice estirado se empapaba del ambiente del auditorio, que respondía como si fueran siete mil en vez de setecientos. La sonrisa pícara y satisfecha también iba ligada a su interpretación, con ojos cerrados y cantando con la mano cerca del corazón para sentir la música más cerca. "Qué bonito suena el piano", dijo en un momento determinado. "Para bonito tú", fue la respuesta que recibió del público.

Había quienes habían venido desde Madrid solo para escucharle, como Leonor Fernández, acompañada de su hija Ana María Luján; las dos igual de fans. Llevan siguiendo a Bisbal desde el año 2001, cuando salió de la academia de Operación Triunfo. Su mascarilla también iba a juego con el concierto:_un diseño especial con la tipografía de "gira 'íntima'" escrita sobre varias fotos del cantante. "No discutimos sobre la música que se escucha en casa", dice la madre.

A Leonor Fernández y a su hija les pasa eso que dice la canción de "Bulería":_" De ti vivo enamorado desde que te ví". Como se quedó ayer el público ovetense, tras el concierto del de Almería. Según sus fans, la explicación que daría David Bisbal también haría referencia a la canción: "Es la sangre de la tierra en que nací". Y con esa alegría, propia de su tierra, dejó al auditorio, tras muchas ovaciones, boquiabierto.