La entrada a la sala principal del Calatrava está adornada con una pila de globos de colores sobre la que se lee "San Mateo" en letras plateadas. En el exterior, hay colas formadas por carricoches y familias, que poco a poco van subiendo las escaleras. Se oyen gritos con voz aguda y risas: comienzan, con el espectáculo del "Pequeño conejo blanco", unas fiestas para los más pequeños. Aunque quizás ellos, que no tienen que llevar mascarilla hasta los 6 años, no frecuentan chiringuitos, han vivido menos fiestas y pueden disfrutar de las actividades infantiles que empezaron ayer, parecen no notar la diferencia.
Para acceder a la sala principal hay que superar diferentes "pruebas": un termómetro apuntando a la frente, gel hidroalcohólico, pies limpios y registro de entradas previamente adquiridas online. Después, se sube una escalera y en la cima, los globos que no se pueden tocar -por el virus y porque se pinchan-, y una sala con capacidad para 600 personas. En cada fila, hay dos asientos que se pueden utilizar y dos que no, así que las familias con tres miembros o más se tienen que separar.
Las risas no tardaron ayer por la mañana en llegar con "El pequeño conejo blanco". Lo mismo ocurrió por la tarde, con "The Troupers". Mañana será el turno de la "Magic Experience", y durante todas las fiestas, un montón de actividades más.
