El hombre de 30 años acusado de fabricar una bomba casera en marzo de 2019 en su vivienda de Tudela Veguín aceptó ayer ponerse a tratamiento psiquiátrico a cambio eludir la cárcel. La Fiscalía solicitaba inicialmente una pena de cuatro años de prisión, pero finalmente, las partes alcanzaron un acuerdo para dejar la condena en un año de prisión y suspender su ejecución a cambio de ponerse en manos de un especialista.

El procesado había creado un explosivo con un par de bidones en los que mezcló aceite y gasolina y estaban conectados mediante un cable con el interior de la vivienda. Unos vecinos denunciaron los hechos y la Guardia Civil se personó en el lugar, donde lo hallaron "desconfiado, con estado de ánimo angustiado y ausencia de conciencia de enfermedad".

La condena aceptada incluye también cinco años de libertad vigilada y la suspensión de la pena de cárcel está supeditada a tres años sin delinquir y recibiendo tratamiento.