El párroco de la basílica de San Juan, Javier Suárez, sabe que el templo necesita más inversiones, "pero son estéticas" dice. Insiste en que las obras realizadas hasta el momento se hicieron porque había un serio peligro para el edificio y para los viandantes. Ahora habría que seguir con una segunda fase, pero Suárez afirma que por el momento "toca esperar". Los trabajos los sufraga la parroquia con ayuda de los fieles y no es el momento. Los ingresos se han visto reducidos en los últimos meses en un 50 por ciento debido a la pandemia del coronavirus, las limitaciones de aforo y el tiempo que el templo estuvo cerrado. Pero lo más preocupante para Javier Suárez es que "cada vez viene más gente a pedir a Cáritas o a la puerta de la iglesia". Eso es lo que realmente le importa. Salvados los trabajos urgentes se ha decidido esperar a tiempos mejores para continuar con la restauración de algunos elementos de la basílica, como alguna de las vidrieras y otras piezas como rosetones, flores y otro tipo de adornos. Ahora toca apoyar a las personas.