El Ayuntamiento de Oviedo ofreció a la empresa que gestiona los comedores varias opciones ante los problemas que han llevado al despido de entre un cuarto y un tercio de los monitores que atendían a los niños, dos o tres cuidadores por cada centro público, según aseguran los trabajadores afectados. Según fuentes de la concejalía de Educación, el Ayuntamiento planteó inicialmente a la empresa la realización de un "contrato de emergencia", con el fin de incrementar el número de monitores, pero el departamento de Contratación planteó pegas legales, motivo por el que se propuso a la empresa otra posibilidad, prevista en la ley de Contratros, como es la del "reequilibrio económico", pero siempre que se cumpliesen las condiciones contrato en cuanto a las ratios y la prestación del servicio. Según las mismas fuentes, la empresa no ha respondido aún a esta oferta. La empresa tampoco ha atendido a los requerimientos de información de este periódico.

El martes de la semana pasada, día 22, los trabajadores acudieron a los comedores, pero al día siguiente recibieron la comunicación de que estaba despedidos. Los trabajadores aseguran que la empresa que realiza el servicio -la barcelonesa SerhsFood SL- está aplicando la ratio anterior a la pandemia, esto es, un monitor por cada diez alumnos de infantil o por cada quince de primaria, lo que hace que sobren monitores, ya que este año se han sacado menos becas de comedor y muchos padres están renunciando a ellas, de forma que hay muchos menos niños que precisan de este servicio.

Los afectados echan la culpa al Ayuntamiento de Oviedo, ya que aseguran que Educación se había comprometido a aportar fondos de la lucha contra el covid-19, de forma que se pudiese mantener un monitor por cada unidad educativa, aunque esta contase con un número de alumnos inferior a la ratio establecida. Al no haber aportado el dinero el Ayuntamiento, indican, la empresa se ha negado a correr con el sobrecoste, por lo que ha recurrido a los despidos. En la práctica, añaden los afectados, el mantenimiento de la ratio hace que un monitor tenga que atender en el comedor a alumnos de diferentes unidades, lo que rompe el tan traído concepto de "burbuja" que pretende minimizar el riesgo de contagio entre los menores y sus educadores.

Algunos de los afectados han sido reubicados en otros centros, con el consiguiente trastorno. En determinados casos, recalcan, se trata de trabajadores con varios años de servicio. Critican que se les haya dejado en la estacada en un momento en el que empieza a asomar una crisis económica catastrófica. Y consideran que la situación actual puede cambiar en los próximos días, una vez que vuelvan a concederse las becas de comedor a las que han renunciado algunos padres por temor a la covid-19, sin olvidar que algunos de ellos querrán recibir el servicio de nuevo dentro de un tiempo, siempre que la situación se normalice y no se produzcan contagios en los centros.