"La península Ibérica debe ser una casa común para España y Portugal, sin olvidar nunca la historia". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA la escritora portuguesa Lídia Jorge (Boliqueime, Algarve, 1946), durante la charla que reanudó la actividad presencial del foro cultural del periódico y que también sirvió de inicio al ciclo de Tribuna Ciudadana titulado "Portugal y Asturias, lazos y abrazos".

Precisamente abrazos virtuales, que no reales, sirvieron ayer de saludo entre los asistentes que cumplieron en todo momento las medidas de seguridad sanitaria establecidas. "El mal no se opone al bien, sino a la belleza", señaló Lídia Jorge, que mantuvo una conversación con su traductor al español, el escritor Martín López-Vega y reivindicó el papel de la literatura como narradora de la historia y como vía para hablar de las pequeñas cosas de los seres humanos. "No tengo un proyecto. Los temas me vienen de la vida, de lo cotidiano. La vida nos ofrece diariamente una especie de milagro que no sabemos cómo explicar y queremos escribir", indicó la escritora, candidata al Nobel, que hoy firmará en Cervantes ejemplares de "Estuario", su libro más reciente.

Durante el acto, presentado por Pedro Sánchez Lazo, presidente de Tribuna, intervinieron el psiquiatra y escritor Ángel García Prieto; Inaciu Galán, escritor, y Fermín Rodríguez, catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo, quienes destacaron los vínculos que unen al Principado con el país luso. El consejero de Cultura de la Embajada de Portugal, Pedro Berhan da Costa, destacó la importancia de la literatura en lengua portuguesa, que trasciende las fronteras del país.