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Oviedo probará la nueva Policía de barrio en el Antiguo a partir del mes que viene

La incorporación de 44 agentes locales permite impulsar un proyecto que busca una atención más cercana a mayores solos y comercios

Agentes de la Policía Local en el casco antiguo de Oviedo. | IRMA COLLÍN

La policía de proximidad, la medida de seguridad más demandada durante los últimos años en los barrios de Oviedo, verá la luz a lo largo del próximo mes. Es el plazo que se marca el Ayuntamiento para empezar a probar en el Antiguo un modelo de vigilancia con el que se busca una atención más cercana para determinados colectivos como los comerciantes o las personas mayores que viven solas. La incorporación de 44 nuevos policías locales permitirá implementar esta primera fase de un proyecto cuyo objetivo es extenderse al resto de barrios a lo largo del mandato.

Fue el propio Alcalde de Oviedo, el popular Alfredo Canteli, quien comunicó en una reunión con vecinos de Colloto los avances realizados por el Consistorio en materia de seguridad ciudadana. La nueva policía de barrio es una de las promesas electorales con las que el PP concurrió a las pasadas elecciones municipales y, según explican fuentes de la concejalía dirigida por José Ramón Prado (PP), la puesta en marcha de la iniciativa estaba prevista para el pasado verano, pero se vio truncada por la crisis sanitaria.

La intención es maximizar la presencia policial en los barrios y reducir al mismo tiempo la rotación de los agentes. De esta manera, la concejalía busca generar un clima de colaboración estrecha entre los efectivos policiales y los vecinos de las diferentes zonas del casco urbano. "En definitiva, pretendemos que la gente conozca a los policías y haya una mayor colaboración", explicaba recientemente José Ramón Prado en una entrevista con este diario.

Desde el Consistorio celebran la inminente incorporación de nueve agentes llegados de distintos cuerpos de Asturias para cubrir otras tantas plazas de movilidad ofertadas en una reciente convocatoria. "Estos efectivos se incorporarán a lo largo de este mes", indican desde el Ayuntamiento, mientras subrayan que a ellos se añadirán otros 35 nuevos agentes, a punto de culminar su proceso de selección.

Una vez elegidos los nuevos efectivos, estos se someterán a un curso de preparación cuya duración será determinante a la hora de fijar una fecha definitiva para iniciar las patrullas especiales por el Antiguo. Reducir las pintadas, erradicar la violencia nocturna y dar seguridad a vecinos y pequeños empresarios de la zona serán las labores prioritarias, pero a ellas se sumarán misiones especiales como la atención a personas mayores que viven solas. Este último aspecto será gestionado tanto por la concejalía de Seguridad Ciudadana como la de Servicios Sociales. Las crecientes caídas en casa y fallecimientos de ancianos que viven solos en sus domicilios es un asunto que preocupa mucho al actual equipo de gobierno y por ello pretenden tirar de la Policía Local para mejorar los servicios de atención a esta población vulnerable.

Si bien existe demanda de muchos barrios para acceder a estos servicios policiales especiales, el equipo de gobierno decidió centrarse inicialmente en el casco histórico. La sucesión de varias agresiones y episodios violentos meses atrás, así como la intención del ejecutivo municipal de dar un vuelco al corazón de la ciudad este mandato les llevó a establecer como prioridad la mejora de la vigilancia en la zona y, una vez demostrada la eficacia de este tipo de sistemas exportarla a otros barrios más grandes y dispersos de la ciudad.

La Corredoria o Colloto son dos de los puntos que han mostrado un mayor interés por incorporar la policía de proximidad "cuanto antes". Los primeros confían en que una mayor vigilancia permita reducir el número de robos y actos de vandalismo registrados de manera frecuente por las noches. Los segundos llevan años reclamando alguna forma de paliar la ausencia de puestos de vigilancia policial en la localidad y ven en la creación de un cuerpo de proximidad una posible alternativa.

El pasado mandato, el tripartito. La concejalía de Economía de Rubén Rosón planteó la creación de una especie de equipo de serenos integrado por personas en paro y que se encargarían de vigilar por las noches los comercios y calles de los barrios. Dicha iniciativa llegó a contar con partida presupuestaria, pero su aspiración era la de consolidarse mediante una financiación público-privada.

Los cuidadores de barrio no llegaron a ponerse en marcha y con la llegada del nuevo equipo de gobierno la idea se desestimó. El PP concurrió a las elecciones con un ambicioso plan de seguridad cuya finalidad es convertir a Oviedo en "la ciudad más segura de Europa" a lo largo del presente mandato. A juicio de los populares, la apuesta de Somos era "poco profesional y poco rigurosa". Como alternativa propusieron apostar por "ampliar la plantilla de la policía local al máximo" y según se vayan incorporando los agentes ir creando nuevas patrullas centradas en el cuidado más cercano de los barrios, centrándose en la población más vulnerable y el tejido del pequeño comercio.

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