La sidra, así como toda la cultura gastronómica asociada a ella, forma parte de la tradición asturiana y en estos momentos se reinventa para adaptarse a las nuevas tendencias. Esos nuevos derroteros que toma la bebida regional influyen de forma clave en el sector hostelero, que también se lanza a nuevos proyectos que dan una imagen totalmente distinta de la cocina rural asturiana.

Es el caso claro de nuevos establecimientos que abren en Oviedo, como la sidrería El Bosque de Javita, que, retomando el buen hacer de su "hermana" Sidrerçia El Bosque, ofrece un planteamiento totalmente diferente, con un ambiente elegante y chic y una carta que recupera platos rurales y tradicionales, adaptados también a un entorno en el que se ha cuidado hasta el último detalle. "Se trata de un lugar más íntimo en la zona de Gascona, frente al nuevo centro comercial y en un enclave muy visitado", señala Diego Javita, propietario del establecimiento. "La idea es llevar esos sabores tradicionales de casa a un lugar moderno y acogedor", explica el hostelero, que abrió el nuevo local el pasado 16 de julio, coincidiendo con la festividad de la Virgen del Carmen, día grande en Cangas del Narcea, de donde procede.

Entre los detalles que se han cuidado al máximo destaca la calidad de los productos que se sirven. Por ejemplo, solamente se vende sidra con denominación de origen, la que garantiza el origen asturiano de las manzanas.

Además, en la carta se encuentran platos que ya no suelen hacerse tan a menudo en casa por su laboriosidad, como patatas rellenas de carrilleras, cebollas rellenas de bonito, manos de cerdo guisadas, rabo de toro o pitu de caleya, propuestas que siempre llaman la atención de los comensales.

Además, y en consonancia con la demanda actual, se ha cuidado especialmente el apartado dedicado a tapeo y picoteo. Los comensales pueden disfrutar de alternativas como calamares fritos y zamburiñas, sin olvidar unas exquisitas ensaladas de bogavante o de ventresca. Los calamares en su tinta con arroz son otro de los platos que figuran en la carta, que destaca por su variedad y que, además de cuidar de manera especial la despensa asturiana, también ofrece delicias de otras comunidades, como la ternera rubia Gallega, que convive sin problemas con la asturiana de los valles, y las gambas de Huelva.

En la sección de pescados figuran todas las especies del Cantábrico, con especial atención a las de temporada. Estos días tienen un gran éxito la lubina al horno y el rodaballo a la espalda o en caldereta, así como la merluza a la sidra, otra de las señas de identidad de la casa. El rabo de toro es otra especialidad que se sirve en unas mesas que resultan ideales para disfrutar de una cena en pareja o de un almuerzo con un grupo de amigos. "La gente está deseando comer platos de siempre con un toque actual", asegura Diego Javita, que conoció todas esas recetas en Javita, su localidad natal, preparadas por su madre y abuela. El pote y la fabada tampoco pueden faltar en el restaurante, equipado con mamparas para que el comensal se sienta tranquilo y seguro. "Estamos muy contentos con la respuesta del público", señala Javita. Y a la hora de los postres, el arroz con leche casero y los frixuelos rellenos de dulce de leche con nata son una verdadera tentación.