El periodista Esteban Sánchez-Ocaña Serrano (Oviedo, 1952), falleció ayer en Madrid de un accidente cerebrovascular. El pequeño de los Sánchez-Ocaña, hermano del también periodista Ramón, deja viuda, María García, originaria de Tineo, y una hija, Marina.

Esteban dedicó buena parte de su carrera a la divulgación científica en televisión y colaboró con LA NUEVA ESPAÑA en esa especialidad, con el título "A ciencia cierta". En su temprana trayectoria debutó en TVE en la redacción del programa de consumo "35 millones de españoles" que hacían Alfredo Amestoy y José Antonio Plaza, hizo "Última frontera" y "Horizontes", con su hermano Ramón, y "Alcores", con Manuel Toharia. Estrenaba "Ustedes mismos", un programa sobre el cuerpo humano hecho con modelos gigantes, cuando lo ficharon para la Expo-92 como jefe de contenidos del pabellón de España.

Desviado después de Sevilla hacia la gran caravana de las exposiciones universales, fue director del pabellón de España en Corea 1993, donde bromeaba haber sido "el introductor de la tortilla de patata en la península asiática". Apurado por RTVE respecto a la excedencia, regresó a la empresa, que lo envió de redactor al Centro Territorial de Asturias en 1994 y 1995, y aquí presentó el informativo e hizo reportajes. De regreso a Madrid trabajó en el Canal 24 horas, en el teletexto, en reportajes y de nuevo en "A ciencia cierta". Obtuvo el premio "Boehringer Ingelheim" al periodismo en medicina. Se jubiló de RTVE cuando el expediente de regulación de empleo de 2005-06.

Culto, lector, ingenioso, gourmet, apasionado de la pesca y de Tapia de Casariego, su magnífica voz de tono bajo transportaba ingenio de alta velocidad, un humor de alta precisión, una conversación de alta gama y una larguísima colección de chistes narrados en alta resolución.