No están las cosas como para quitarse las mascarilla, pero quién puede resistirse a hacerlo cumpliendo a rajatabla con la normativa y teniendo delante un pincho elaborado a base de bacalao, espinacas, cremoso de garbanzos y callos gelatinados. Esta tapa se conoce como "Carlista", todos sus ingredientes se presentan sobre la piel del propio pescado y sólo es una de las innovadoras ofertas de la primera edición del "Bocado del Desarme", una cita gastronómica que gira en torno a la tradicional fiesta ovetense y que sirve de aperitivo para la gran cita del próximo 19 de octubre. "Queremos ofrecerle al cliente la esencia del Desarme en un solo mordisco. Este no está siendo el mejor año para la hostelería e iniciativas como esta sirven para animar al cliente a venir a visitarnos", afirma Iván Villar, dueño de la sidrería La Gran Vetusta y el padre del "Carlista".

En total son 26 los establecimientos de Oviedo que han querido participar en esta primera edición del "Bocado del Desarme". Cada uno de estos bares y restaurantes ofrecerán un pincho o tapa personalizado e inspirado en el menú del Desarme, que está compuesto de garbanzos con bacalao y espinacas, callos y arroz con leche. El precio de la tapa lo marcará el propio establecimiento, aunque en la mayoría de ellos rondará los cuatro euros incluyendo una copa de vino o una cerveza. "La verdad es que este tipo de cosas siempre son bien recibidas. No todos los días se pueden comer pinchos o tapas con tanta elaboración a la hora del aperitivo", asegura Ángeles Fernández, que ayer salió por Oviedo junto a su marido José Antonio Prieto y otro matrimonio, el que forman Begoña Saez y Luis Alberto González. "Con la que está cayendo hay que pensárselo a la hora de salir de casa, pero la verdad es que estas cosas son un aliciente. Eso sí, siempre cumpliendo con la normativa y sólo quitando la mascarilla para comer", añade Begoña Sáez.

En el Llar de la Catedral se han sumado a la fiesta gastronómica con una de las especialidades de la casa y parte fundamental del menú del Desarme: los callos. "Están para comer tres cuencos", asegura Agustín Marcos, que ayer estaba en la terraza del establecimiento junto a su mujer, Marigel Fernández. "El menú del Desarme es algo muy ovetense y está muy bien que los establecimientos de la ciudad ofrezcan tapas con esos ingredientes. Así da gusto", asegura ella. Lo que está claro es que el cocinero y dueño del local, Juan Cuesta, apuesta fuerte por esta iniciativa. "Tengo 250 kilos de callos para servir hasta el día del Desarme. Tenemos que poner de nuestra parte para que los clientes estén bien atendidos, para que coman como se merecen y para que se sientan seguros en nuestros locales", subraya Juan Cuesta.

En las cocinas de La Pumarada, una sidrería de Gascona, el cocinero Julián Iglesias prepara un "Vasín de Desarme asturcelta", que lleva crema de garbanzos, dos trozos de gochu asturcelta, dos puntas de trigueros, entre otros toques especiales. "A la gente le gusta mucho. Y el que lo prueba repite", asegura. Alberto Álvarez, el encargado del local, es de la misma opinión. "No es que lo diga yo, no hay más que ver la cara que se le queda al que lo prueba para saber que está muy bueno", afirma.