El invierno amenaza con ser especialmente crudo para la circulación en la zona norte de Oviedo y, más concretamente, en barrios tan populosos como Ciudad Naranco, Vallobín o La Florida. El hecho de que vayan a coincidir en el tiempo durante tres meses las obras de ampliación del puente de Nicolás Soria -cuyos atascos se van a ir agravando según avancen los trabajos- con las del derribo del fallido spa de Ciudad Naranco, a punto de ser contratadas por el gobierno de Canteli, compromete al máximo la fluidez del tráfico en esa parte de la ciudad. Es más, todo hace prever que las retenciones se extenderán a arterías tan relevantes como la calle General Elorza. Y es que los trabajos para tirar el spa y para mejorar la capacidad del puente afectan -cada cual por su lado- a los dos principales trayectos de acceso y salida de tráfico en la zona norte de la capital de Asturias.
Las obras de Nicolás Soria, puerta de entrada a Ciudad Naranco, tienen como objetivo acabar de una vez por todas con los recurrentes atascos circulatorios que se registran desde hace décadas en ese punto. Sin embargo, la ejecución de los trabajos, en marcha desde hace unas semanas, obliga ya a cerrar carriles de manera alternativa, lo que está incrementando la ya de por sí habitual gravedad de las retenciones. La previsión es que la situación del tráfico en el enclave empeore este invierno, a medida que vaya avanzando una actuación que, como poco, no estará concluida hasta el verano que viene.
Aunque con mucha menos severidad, las obras de derribo del edificio del spa, en una parcela de la calle Hangzhou, también van a generar afecciones a la ruta alternativa que miles de conductores eligen como alternativa a los atascos en Nicolás Soria, Pepe Cosmen y otras calles del entorno, conectando Vallobín y La Florida con la entrada a Oviedo por la AS-II. La mesa de contratación analizará a comienzos de esta semana las ofertas presentadas para ejecutar una actuación que se prolongará durante tres meses. Según el proyecto, los trabajos afectarán a la circulación en la zona, con cortes temporales de carriles, y también van a suponer un incremento del tráfico pesado en pleno invierno.
Bajo el puente de Nicolás Soria circulan cada día 18.525 vehículos, de los que 6.227 lo hacen en dirección ascendente y 12.298 para salir del barrio. Se trata de una intensidad circulatoria alta, como la que se registra en las arterias de sus inmediaciones. Baste decir que por la avenida de Santander transitan cada jornada algo más de 41.000 vehículos y que los que lo hacen por la calle General Elorza superan los 27.000 al día. Tales frecuencias amenazan con agravar las "importantes retenciones" de las que ya se advierte en los estudios de tráfico realizados para el proyecto de ampliación de Nicolás Soria.
