El cementerio del Salvador quiere garantizar la celebración del Día de los Difuntos de la manera más segura. La concesionaria del servicio municipal se afana para que todas las personas con seres queridos en el camposanto puedan realizarles la tradicional visita sin exponerse a sufrir contagios de coronavirus. Limpiezas y desinfecciones especiales, controles de aforo y la ausencia de misas por primera vez en la historia marcarán un primero de noviembre totalmente insólito.

Los gestores del Salvador cuentan que llevan varios días recibiendo llamadas de usuarios preocupados por las rígidas restricciones que se están llevando a cabo en otros cementerios del país. "A raíz de una noticia de que en Córdoba se está dando cita previa para evitar aglomeraciones, estamos recibiendo muchas llamadas preguntando si haremos lo mismo", indican desde Funerarias Reunidas, concesionaria del servicio, dejando claro que sus medidas serán más convencionales, pero no por ello menos efectivas.

Para evitar grandes concentraciones de gente, los responsables del complejo piden adelantar los homenajes familiares en la medida de lo posible. "Si la gente empieza a ir al cementerio varios días antes, la situación será mucho más llevadera", advierten.

A pesar de todo, los responsables dan por hecho que el camposanto estará blindado frente a contagios durante la jornada festiva del 1 de noviembre. Tanto en las jornadas previas como el mismo día se pondrán en marcha todas las medidas previstas en los protocolos. Las desinfecciones de los puntos de los espacios comunes serán continuas y habrá personal controlando constantemente la entrada y salida ordenada de gente para atajar a tiempo cualquier situación que entrañe peligro.

El resto de medidas son ya las conocidas, pero se vigilará su cumplimiento. Se recordará a todos los visitantes el uso obligatorio de la mascarilla, así como la necesidad de mantener la distancia mínima de seguridad. El público mayoritario se compone de personas de edad avanzada, un colectivo de riesgo. Por ello, en el propio cementerio se harán llamamientos a cumplir a rajatabla las medidas para no lamentar contagios.

Desde las instituciones religiosas también pondrán su granito de arena para contribuir al blindaje del cementerio frente al coronavirus. La clásica misa que preside el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, así como cualquier otra ceremonia religiosa están canceladas por primera vez en la historia con el único fin de restar un motivo ya para posibles afluencias masivas de gente en horarios concretos. Para reforzar la coordinación se espera contar, como es habitual, con la colaboración de los agentes de la Policía Local que cada año suelen encargarse de regular el tráfico ante los atascos que se producen, especialmente en aquellas jornadas de la fiesta en las que el buen tiempo fomenta una afluencia masiva.

Los llamamientos realizados a la población parecen estar haciendo ya efecto. A falta de dos semanas para la celebración del Día de Todos los Santos son ya muchas las familias que se están adelantando a la colocación de flores y visitas a la lápida. El papel de los "madrugadores" es esencial, pues se espera que buena parte de ellos no acudan a realizar sus particulares homenajes el 1 de noviembre.

Todos estos preparativos suponen un esfuerzo extra por parte de la concesionaria del cementerio, que lleva un cuarto de siglo encargándose de los servicios funerarios de un espacio en el que descansan miles y miles de ovetenses de nacimiento o adopción. En este cuarto de siglo, el camposanto ha sufrido una progresiva transformación y modernización mediante sucesivas ampliaciones y mejoras de las dependencias.