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Una ciudad vigilada por mil ojos

La Policía Local convertirá el Antiguo en una zona videovigilada día y noche, "un salto cualitativo y cuantitativo" en la seguridad ovetense

El centro operativo de la Policía Local de Oviedo. LNE

El "gran hermano" observa. Un coche avanza despacio por el Bulevar de Santullano. Llega a la glorieta de la Cruz Roja. Su color azul oscuro, casi negro, lo diferencia del resto del tráfico. Sale por General Elorza y se detiene en un semáforo. Debería sentirse afortunado. Puede que nunca llegue a saberlo pero, para él, las luces pasan del rojo al verde más rápido de lo habitual. Y todo porque, a más de dos kilómetros de distancia, una mujer ha decidido agilizarle el trayecto. El coche oscuro desaparece momentáneamente para volver a aparecer en otra pantalla. Y podría seguir apareciendo en el resto de cámaras que la Policía Local tiene dispersas por Oviedo, actualmente hay 45 que vigilan el tráfico. Y todo queda registrado en la misma habitación. La sala que todo lo ve.

No solo se vigila -y maneja- la circulación, los ojos del Rubín se posan también en los peatones. Y, dentro de poco, esos ojos verán (todavía) más y (todavía) mejor. La Policía Local instalará nueve cámaras en la zona del Antiguo. El Arco de Cimadevilla, la Plaza del Sol, la de la Corrada del Obispo, el Paraguas, la calle Mon, Porlier y la plaza del Riego estarán, día y noche, bajo vigilancia policial. Para su visualización, el centro operativo policial (nombre técnico de la sala) sufrirá modificaciones. El desembolso que supondrá el nuevo despliegue será de 90.000 euros. Incluido viene un nuevo software de "seguimiento e identificación" que cuenta con la participación de la Escuela de Ingeniería Informática de la Universidad de Oviedo. Todo para controlar "actos vandálicos, pintadas, conflictos...", enumera José Manuel López. El Jefe de la Policía Local habla con la mirada fija en las grandes pantallas que ocupan buena parte de una de las paredes de la sala. Tras las obras, las cámaras del Antiguo tomarán otra de las cuatro paredes. Lo que supondrá un "salto cuantitativo y cualitativo importante" para la seguridad de la ciudad. El objetivo a largo plazo es ampliar esta instalación. El casco antiguo terminará por estar totalmente controlado.

La sala, cuentan los agentes, cambiará pronto su fisionomía. Ahora, el poco movimiento que hay se ve en las pantallas. La mayoría de los ordenadores están apagados y hay una frialdad quirúrgica. Todo parece estar a medio gas. Y así es. La habitación está prevista para mutar en un "Centro de Coordinación de Emergencias", cuando la situación lo requiere. Y la sala ya las ha visto.

Por ejemplo, el incendio de Uría fue "monitorizado desde el minuto uno" por los agentes de la Local. Allí se reunen todos los que integran lo que se denomina "el Plan Municipal de Emergencias" . Dependiendo del grado de la misma el mando lo toma el Alcalde o el concejal de Seguridad Ciudadana. Ahora, son las 11.00 horas de un martes y toda la acción se reduce a "cambiar las fases del cruce", es decir, retrasar o adelantar el cambio de luces de un semáforo.

Pero todo queda registrado. Una de las principales funciones de la sala es la de colaborar con la Justicia. Después de un accidente, o de un altercado, tanto la Policía Nacional como los juzgados pueden echar mano de lo que graban los ojos del Rubín.

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