Han sido dieciséis años de espera, pero la cuenta se quedará ahí. Los nuevos depósitos del Cristo entrarán en funcionamiento antes de que acabe el año, según confían en la concesionaria del servicio. Mañana darán comienzo los trabajos de limpieza de los tres vasos que componen la instalación y, al día siguiente, la Junta de Gobierno aprobará el plan de seguridad del traslado del cloro. El área de Infraestructuras ha propiciado que los pasos se den simultáneamente para que la instalación del Campón se conecte lo antes posible a la red.
Los trabajadores de Aqualia procederán a la limpieza de unos depósitos que, inutilizados durante tanto tiempo, necesitan una puesta a punto. Ocho días de trabajos por cada uno de los vasos, estiman desde la concesionaria de aguas. Por su parte, el traslado de la cloración (adjudicado a Asturviesca a través de un contrato menor), necesario para garantizar la potabilidad del agua, tiene un plazo de ejecución de dos semanas. Desde la concejalía de Nacho Cuesta (Cs) manejan un calendario optimista. Dicen que los nuevos depósitos entrarán en funcionamiento en el plazo de un mes. En los últimos tres años, es la sexta vez que se anuncia su puesta en marcha inmediata, pero desde Aqualia aseguran que "las cosas han cambiado".
Las actuaciones para que el agua fluya desde el Campón no han sido pocas ni sencillas. Se trata de un culebrón que arrancó en el año 2001, cuando dieron comienzo las obras. Tres años después, en febrero de 2004, quedaban oficialmente inaugurados tras una inversión de nueve millones de euros. Por raro que resulte, la nueva infraestructura, con capacidad para 75 millones de litros de agua frente a los 50 millones de litros de los viejos depósitos azules de Los Quintos, no estaban conectados ni con la red local ni con la planta depuradora.
Una vez subsanado el "error" de conexión, se fueron acometiendo sucesivas reparaciones y, este año, las pruebas en la nueva tubería certificaron que ya no hay fugas y que todo está correctamente conectado. Tras las comprobaciones hubo que trasladar el sistema de cloración de los viejos a los que se siguen llamando "nuevos depósitos", pese a casi alcanzar las dos décadas sin haber visto un litro de agua. Ya solo queda limpiar y "cambiar la llave".
Fuentes del servicio municipal de agua indican, no obstante, que cuando se vacíen los depósitos del Cristo se podrá apreciar lo dañado de la estructura de ese equipamiento, en el que, aseguran, el riesgo de grietas y daños en el hormigón era muy alto.
