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Ciudad Naranco, la ratonera de los coches

Los colegios, la búsqueda de aparcamiento y las obras de Nicolás Soria convierten en una odisea circular por un barrio en permanente colapso

Caravana en la calle Nicolás Soria. IRMA COLLÍN

La ampliación del puente de Nicolás Soria es la principal esperanza para acabar con muchos años de atascos en Ciudad Naranco, pero las obras necesarias para terminar con ese embudo están trayendo consigo los mayores embotellamientos que se recuerdan en el barrio. El inicio de los trabajos ha agravado otros problemas que existen desde hace tiempo en Ciudad Naranco, una serie de circunstancias que han contribuido a convertir el barrio en una ratonera para los conductores. Estas son algunos de ellas:

En Ciudad Naranco se juntan varios colegios e institutos a los que acuden a diario cientos de alumnos de otros puntos de la ciudad. Solo el colegio Santa María del Naranco cuenta con más de 1.800 alumnos, una población superior a la de algunos concejos asturianos. Buena parte de los atascos que se generan en el barrio tienen lugar a las horas de entrada y salida de los colegios, cuando se juntan los coches de las familias a las puertas de los centros. Los vecinos del barrio han solicitado recientemente más presencia policial y mano dura contra los conductores que dejan sus vehículos sobre las aceras o en zonas en las que no se puede estacionar. Los mayores embotellamientos se producen cuando alguno de estos coches mal aparcados impide el paso a un autobús.

Las asociaciones de vecinos de Ciudad Naranco llevan tiempo denunciando que el barrio se ha convertido "en el mayor parking" de Oviedo y que sus calles son utilizadas para estacionar por los conductores que acuden al centro, sobre todo aquellas en las que no hay zona azul. Estar a cinco minutos de la calle Uría es muy atractivo para los conductores, que vienen incluso de fuera de la ciudad, pero eso hace aumentar el tráfico por el barrio y el enorme problema de falta de estacionamiento que sufren los vecinos de Ciudad Naranco.

Muchos vecinos de La Florida o de Las Campas atraviesan Ciudad Naranco para llegar a la rotonda que da acceso a la AS-II y salir de la ciudad en dirección a Gijón, un hecho que convierte la glorieta de Luis Oliver en otro de los puntos negros del barrio en cuanto a retenciones del tráfico. Algunas asociaciones han pedido recientemente que se tomen medidas, como la creación de una "turboglorieta" o de una red de semáforos, para que no se formen embotellamientos. La presencia de agentes policiales regulando el tráfico a las horas punta no es suficiente, según los vecinos. Aseguran que muchas veces tardan hasta media hora en llegar desde el centro del barrio hasta la glorieta de Luis Oliver.

A perro flaco, todo son pulgas. Como si los trabajos de ampliación del puente de Nicolás Soria no estuviesen causando bastantes problemas, en Ciudad Naranco se están realizando otras obras, la mayoría menores, que tampoco son buenas para la fluidez del tráfico. Las más engorrosas se están desarrollando en uno de los tramos de la calle Fernández de Oviedo.

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