Jonathan González Aguilar, bilbaíno de 41 años y empleado de la empresa avilesina Hierros Cantón, es el número uno de la segunda promoción del Máster en Administración de Empresas (MBA) de la Cámara de Comercio. Ayer, después de recoger el diploma y la distinción especial por su gran expediente, subrayó la alta calidad de esta iniciativa formativa. El proyecto empresarial que ha desarrollado durante el máster se centra en la innovación de los mercados de abastos. Aunque González Aguilar considera que es perfectamente viable, de momento no será llevado a la práctica.

- ¿Qué le ha llevado a cursar el máster de la Cámara?

-Nací en Bilbao y he desarrollado gran parte de mi carrera profesional allí. Mi mujer es de Gijón y en un momento dado decidimos venirnos para aquí. Estuve trabajando en la Fábrica de Armas. Una pyme asturiana, Hierros Cantón, me ha dado la oportunidad de desarrollar un puesto de mayor responsabilidad, por lo que les estoy muy agradecido. Fue el ver las carencias que tenía al llegar a una labor más directiva lo que me llevó a embarcarme en esta experiencia, que ha sido dura. Por ello quiero agradecer a mi mujer y a mi hija su comprensión por el mucho tiempo que no he podido estar con ellas para estudiar y, finalmente, sacar adelante este máster.

- ¿Qué valoración hace de la formación que ha recibido?

-El nivel ha sido muy bueno. Es cierto lo que dicen de que este es el mejor máster del país en lo que concierne a la relación de calidad y precio. Me llevo un gran aprendizaje en casi todas las facetas. Estoy especialmente agradecido al profesor de finanzas, uno de los aspectos que más me interesaban, pero el nivel de todos los docentes ha sido muy alto.

- ¿Sobre qué versó el proyecto empresarial que realizó como parte del máster?

-Lo hice con un equipo de personas muy potente. Ahí he tenido mucha suerte. Se trata de un proyecto innovador, en el entorno del 4.0. Trata de digitalizar los mercados de abastos. Dinamizar su actividad para acercarlos a toda la ciudad, ya que ahora resulta difícil acceder a ellos para los que trabajamos todo el día. Parece que casi solo pueden ir amas de casa. En resumen, lo que hacemos es digitalizar la actividad de esos mercados, incluyendo también aspectos tales como cero emisiones, cero plásticos y kilómetros cero.

- ¿No tiene pensado llevarlo a la práctica?

-Resulta perfectamente viable. Lo que sucede es que las personas estamos en puestos que nos gustan y no nos hemos lanzado a hacerlo. Un profesor que es parte de un fondo de inversión nos ha dicho que si queríamos ponerlo en marcha que contáramos con él, que estaba dispuesto a poner dinero. Desarrollar esta propuesta ha sido un gran aprendizaje, igual que el máster. He aprendido mucho de las personas. Las máquinas y los conocimientos están ahí, pero las personas cada vez se comportan de manera distinta. Es la parte más difícil de los que estamos en la empresa.

- ¿Hay facilidades en Asturias para llevara a la práctica estas iniciativas empresariales basadas en la innovación?

-Por la situación que se generó con el covid no hemos podido contactar con todas las entidades que nos hubiera gustado para ver a qué nivel tendríamos colaboración, aunque tengo claro que tendrían que involucrarse los gobiernos, ya que el proyecto afecta a una actividad social que está un poco estancada, tal y como se ha visto con la pandemia. No hemos podido palpar hasta dónde tendríamos apoyo, pero ni en Asturias ni en España se dan condiciones para que estos proyectos innovadores vayan como cohetes.