Ovidio Parades (Oviedo, 1971) acaba de publicar "La noche se detiene" (Ediciones Trabe), su tercera novela, una profunda reflexión sobre la amistad, el amor y el deseo, la vida y la muerte. Actualmente prepara un libro de cuentos.
- Es un escritor muy disciplinado. ¿También lo ha sido con esta novela?
-Los periodos en los que escribo suelen ser bastante felices, no solo las tres o cuatro horas que dedico a ese trabajo. Todo el día estoy pensando en lo que voy a escribir en la madrugada siguiente. Suelo ser muy constante y metódico, y dedico mucho tiempo a corregir, voy podando el texto.
- La protagonista, Julia, es una mujer, una vez más...
-El argumento partió de una imagen muy clara de una mujer en un taxi. Me pregunté hacia dónde iba y de dónde venía. A partir de ahí salieron los personajes
- ¿El libro se gestó durante el confinamiento?
-Para entonces la novela estaba casi terminada, aunque es cierto que la literatura es una válvula de escape, siempre me ha ayudado a evadirme mucho de los problemas cotidianos. En el periodo de confinamiento seguí escribiendo cuentos y aproveché para leer mucho.
- ¿A usted también le ha cambiado la vida?
-Quizás ahora me preocupa todo más. Hace unos meses se intuía un final... ahora no. No puedes hacer la misma vida, salir, viajar; por eso aprovecho para leer. La verdad es que se están publicando muchos libros.
- Y muchos escritores.
-Yo tengo un gran respeto a la literatura. Hay que leer, estudiar, romper muchas hojas. No todo vale. Es un trabajo complejo que no se hace de la noche a la mañana.
- ¿En las redes sociales se hace literatura?
-Las redes tienen cosas muy positivas y otras que no lo son tanto. A veces la gente se exalta y tienes que ser consciente de que tú tienes una opinión pero tal vez no tiene la misma validez que la de un filósofo. Hay gente que se monta unas películas tremendas.
- ¿Estamos en una especie de noche?
-Tal vez. La literatura es una tabla de salvación. Si entendemos la noche como algo que nos asusta, pues sí, el miedo está ahí. Somos humanos y frágiles. En momentos como estos nos puede dar sosiego vivir al día y disfrutar sin hacer planes a largo plazo.
- Además de las circunstancias actuales están las que van llegando con el paso de los años...
-Según te acercas a los 50 vas tomando tierra. Van llegando las enfermedades, pierdes a seres queridos. A los 20 años crees que la vida va a ser una fiesta continua. Pienso que en gran medida las desilusiones vienen motivadas por la edad; muchas veces el mundo es más fuerte que tú.
- Julia conserva la serenidad ante decisiones muy complejas. ¿El conformismo puede ser un método de supervivencia?
-Puede ser. Si te enfrentas a la vida constantemente, al final, todo el rato estas peleándote con los molinos, como don Quijote. Todo esto es lo más fuerte que nos ha ocurrido a nivel colectivo. No es una guerra, pero en cierta manera es un poco sálvese quien pueda. Estamos todos expuestos.
- Aborda la cuestión de la eutanasia. ¿Alguna vez se lo ha planteado?
-Antes tendría que verme en la situación. Es importante una ley de eutanasia aplicada por personas competentes. El sufrimiento humano debe tener un límite.
