La hostelería ovetense vendió 21.000 menús del Desarme en cuatro días, una cifra que supone entre un 24% y un 28% menos de lo servido durante los cuatro días de las jornadas gastronómicas del año pasado. Los organizadores consideran los datos un éxito a pesar de la caída, pues en su día se llegó incluso a sopesar la suspensión de la celebración gastronómica.

La Cofradía del Desarme y la patronal hostelera Otea destacan el hecho de haber mantenido la fiesta gastronómica, nacida en 1836 y que desde entonces solo fue cancelada por dos motivos muy excepcionales: la gripe española de 1918 y la Revolución de Octubre del 34. "Este año, a pesar de la situación generada, se ha podido celebrar, y los resultados han sido satisfactorios", indica Otea en su balance sobre la fiesta, declarada de interés turístico regional hace dos años.

Los organizadores atribuyen los buenos resultados de ventas a nuevas iniciativas como el concurso de pinchos y tapas "Bocados del Desarme" y otras actividades alternativas incluidas en el programa, como la exposición de Trascorrales y el VIII Capítulo, celebrado en el restaurante De Labra de Abuli en versión reducida y cumpliendo con las normativas sanitarias especiales.

Los datos de ventas contabilizan tanto a los 60 establecimientos que ofrecieron sus menús dentro de las jornadas gastronómicas promovidas por Otea como a los bares y restaurantes que lo sirvieron durante el último fin de semana sin participar de manera directa en la organización de los actos de las jornadas.

El objetivo de la Cofradía del Desarme es seguir impulsando la promoción del menú para ganar adeptos de cara a los próximos años y obtener el distintivo de fiesta de interés turístico nacional. "Esperamos aspirar a esa distinción en un plazo de tres o cuatro años", comentó el lunes el cofrade mayor, Miguel Ángel de Dios, durante el acto de clausura de la exposición sobre la historia del Desarme instalada en la plaza Trascorrales, por la que pasaron más de 3.000 personas entre el viernes y el lunes.