Pocas personas hicieron tanto de una forma tan directa y tan callada por alimentar la cinefilia de una población local y regional como Enrique García hizo en Oviedo y en Asturias durante la mitad de su vida. Ayer, a punto de cumplir los 88 años, con mala salud los últimos diez y complicaciones desde el fin de semana, fallecía en la ciudad que tanto amó y por la que tanto hizo más allá del cine, también en el fútbol, como directivo del Real Oviedo, en el equipo de hockey o en la Sociedad de Festejos.

Enrique García, que nunca se consideró empresario ni lo fue, desarrollando su trabajo para las grandes familias que explotaron el negocio de la exhibición cinematográfica en la región, comenzó de forma profesional en el sector mientra estudiaba Derecho y siendo ya inspector en la ciudad de las distribuidoras Dipenfa y Filmayer. Así entró en contacto con la familia Fernández Arango, que le puso al frente de cuatro cines en la ciudad. Después, y con los años, Enrique García fue muchas cosas en el cine en Asturias, pero principalmente pasará a la historia como el introductor en la región de la exhibición moderna, con responsabilidad en varias salas, un modelo de negocio que vio nacer y desaparecer del centro de las ciudades para irse a las afueras.

Además, Enrique García fue pionero en el cine de arte y ensayo, y con mucho éxito. El Palladium, en la avenida de Pumarín, fue el primer cine en España diseñado exclusivamente para títulos de culto. En esa aventura convenció a la empresa Arango y le acompañaron grandes amigos como Juan Cueto. La sala, inaugurada en 1968, fue un referente para la intelectualidad asturiana. Una década más tarde acabaron vendiéndolo para gimnasio. Como él recordaba hace unos años en LA NUEVA ESPAÑA "se había convertido en un cine que quedaba lejos, y yo ya estaba en las salas Clarín, y luego, en las Brooklyn".

A Enrique García se le deben otras aventuras cinematográficas importantes. Se unió a Ágora Foto Cine Club y allí, junto al periodista Julio Ruymal, hizo en Radio Asturias, emisora a la que estuvo muy vinculado, el programa "Celuloide".

A él se le deben también algunos ciclos de cine muy celebrados como "Treinta días, treinta películas", con el que animaba los veranos ovetenses desde el Real Cinema, combinando buenos títulos comerciales con películas de culto. En la Sociedad Ovetense de Festejos, donde también estuvo involucrado, dirigió la semana de películas antiguas de la Metro, colaboró en aquella primera y única Semana del cine español, en la que Almodóvar estrenó en Oviedo ""Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón" y en 1972 fundó junto a los hermanos Rubio Sañudo la productora Bocaccio Films, que produjo "Morbo", de Gonzalo Suárez.

Nacido en Avilés en 1932 por empeño de su madre de tenerlo en la casa familiar, era carbayón y oviedista militante, con carné de socio 101 de 1946. Al estadio ya iba antes, y nunca supo saber qué había sido antes, si la pasión cinéfila o el Real Oviedo.