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Oviedo apea del autobús al coronavirus

Las brigadas que desinfectan la flota de TUA convencen a los viajeros: "Así nos sentimos mucho más seguros"

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Así se desinfectan los autobuses urbanos de Oviedo

Al estilo de los raudos mecánicos de la Fórmula 1, que dejan los coches como nuevos en un plisplás durante las paradas en boxes, César Rivas y su compañero Míkel Aranzadi esperan atentos la llegada del próximo autobús urbano en una de las paradas de la calle Uría. Llevan en una mano una bayeta de microfibra y en la otra un pulverizador cargado hasta arriba de un líquido desinfectante, armas efectivas en la guerra contra el coronavirus. Llega el bus y suben. Tienen menos de dos minutos y medio para desinfectarlo. "Uno de nosotros se sube por la puerta delantera y el otro por la de atrás. Lo que hacemos es limpiar las zonas que más toca la gente, como las barras, los asideros, las cabeceras de los asientos... También comprobamos que los dispensadores de gel hidroalcohólico que hay en el interior del vehículo no estén vacíos. Si lo están, los cargamos", explica César Rivas en cuanto se apea del autobús, que sigue su ruta.

César y Míkel son dos trabajadores de la empresa que se encarga de llevar a efecto el plan de desinfección de autobuses concebido por el Ayuntamiento de Oviedo. "Estamos trabajando desde el inicio de esta pandemia para asegurar un transporte público seguro y con plenas garantías de limpieza especializada y desinfección contra el covid", explica Nacho Cuesta, primer teniente de Alcalde y responsable del área de Urbanismo, Infraestructuras y Medio Ambiente. "Hemos reforzado el servicio de desinfección desde septiembre, hemos instalando los geles hidroalcohólicos y esta misma semana los autobuses comenzarán a circular con las ventanas abiertas para mejorar la ventilación. Lo que buscamos es minimizar el riesgo de contagios", añade Cuesta. De hecho, según fuentes municipales, hoy mismo comenzarán a colocarse pegatinas en los autobuses para advertir a los usuarios de que van a viajar "aireados" por prevención sanitaria.

Los dos trabajadores que limpian los autobuses en la calle Uría no son los únicos que se dedican a desinfectar la flota de TUA. También hay compañeros suyos realizando la misma labor en otros puntos de la ciudad, como en la Plaza de América, en Primo de Rivera o en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). "Nosotros no desinfectamos todos los buses que pasan por aquí, hacemos los de algunas líneas. Pero entre todos los compañeros que hay por Oviedo desinfectamos toda la flota al menos dos veces al día. Estamos bien coordinados", asegura Míkel Aranzadi. "Estamos cuatro horas por la mañana y otras cuatro por la tarde. Ayer -por el martes- desinfectamos más de 80 autobuses en todo el día", apunta su compañero César Rivas. El servicio de desinfección de los autobuses urbanos de Oviedo se lleva a cabo los siete días de la semana.

¿Y cómo responden los ciudadanos cuando ven entrar a las brigadas contra el covid? "Generalmente muy bien. Hay muchos que nos dan las gracias y otros que incluso nos sacan fotos o nos graban en vídeo", dice Aranzadi. "El otro día un señor que vino desde Valladolid se sorprendió mucho con lo que hacemos y dijo que lo iba a contar en su ciudad", dice el trabajador. Amparo García, que ayer viajaba en el bus urbano, está encantada con el programa de desinfección. "La verdad es que yo así me siento mucho más segura. En el autobús viajamos muchas personas y siempre es bueno que se tomen medidas de precaución", explica la mujer. Adriana Chimici, otra viajera, es de la misma opinión. "Los usuarios tenemos que poner nuestros propios medios para ir con el máximo cuidado, pero todo es poco con la que está cayendo", afirma.

En la parada del HUCA, junto a Consultas Externas, trabajan Diego Fernández y Christian Álvarez. Llevan traje reflectante para distinguirse de los viajeros, tanto fuera como dentro de los autobuses. "Aquí el volumen de viajeros es muy alto y por eso nos tomamos muy en serio nuestro trabajo. De alguna forma también contribuimos a frenar la pandemia", explica Diego Fernández. "Estamos dentro del autobús menos de tres minutos para que no se acumulen demasiados retrasos, pero es tiempo suficiente para limpiar las zonas de mayor uso", añade su compañero Christian Álvarez. María Serrano y María Begoña Álvarez, dos usuarias del servicio de autobuses, consideran "un acierto" la medida implantada por el Ayuntamiento. "El coronavirus no es una broma", recalca Álvarez.

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