La rehabilitación del kiosco de la música del Bombé es un tema de "prioridad absoluta" para el equipo de gobierno municipal. Esa es la consigna que se le ha trasladado a los técnicos del Ayuntamiento encargados de ultimar los pliegos. Tras dos intentos fallidos de adjudicar los trabajos que dejó a medias en 2015 la primera adjudicataria, los funcionarios de la concejalía de Infraestructuras reducirán los criterios técnicos y aumentarán el precio para conseguir que, tras cinco años paralizadas, se finalicen las obras.

Según confirmaron fuentes del Ayuntamiento, los casi 290.000 euros que se ofrecían por los trabajos de rehabilitación se incrementarán hasta los 350.000. Las empresas del sector consultadas por LA NUEVA ESPAÑA veían dos problemas en las anteriores licitaciones: el precio no compensaba el coste y los criterios técnicos "excluían a la práctica totalidad del sector".

Esos son los dos puntos que se corregirán de cara al próximo intento, al que, de acuerdo con fuentes municipales, se le dará "la máxima celeridad". Además, el paso de los años desde la última licitación ha obligado a los técnicos a reescribir parte del proyecto. Algunos elementos catalogados se encuentran, cinco años después, en un estado de conservación que requiere una intervención "más profunda".

La cuestión ahora es encajar las piezas del puzle. Cumplir con las exigencias de cultura y, al mismo tiempo, conseguir que esos criterios no vuelvan a excluir a las empresas del sector. La cláusula más restrictiva era la que exigía que la empresa adjudicataria tenga "más de cinco años de experiencia desempeñando idénticas funciones en la restauración de edificios sujetos a protección de carácter histórico-artístico de nivel integral". Esto impedía concurrir a empresas que desempeñaron los mismos trabajos, por ejemplo, en el kiosco de la música de Langreo, puesto que no tenía el mismo nivel de protección que el que construyera Juan Miguel de la Guardia en el paseo del Bombé.

La intención del Ayuntamiento es que, con estos cambios, se puedan adjudicar y concluir unos trabajos que, según un informe de 2018, están realizados en su cuarta parte. En principio, a la espera de que se concluya el inventario de los elementos deteriorados, no está previsto que el plazo de ejecución de las obras se alargue en exceso. De acuerdo con fuentes municipales, el objetivo es que, una vez adjudicadas, puedan concluirse en un plazo inferior a los seis meses.