La Fundación Ópera de Oviedo acordó ayer reprogramar las seis funciones de “Madama Butterfly”, el título estrella de esta temporada, para poder salvar el período de cese de la actividad del teatro Campoamor a consecuencia de las medidas sanitarias decretadas por el Principado para frenar la escalada de casos de covid-19. Esas medidas, cuya vigencia debería cesar, de no haber prórrogas, el 18 de noviembre, se solapan con cuatro de las seis representaciones de “Madama Butterfly”, cuya primera función estaba originalmente programada para el próximo lunes, día 9. Por ello, la Fundación Ópera de Oviedo mantiene las dos funciones que se salvan del período restrictivo, para los días 20 y 21 de este mes, y reprograma las otras cuatro para los días 23, 25, 28 y 30, lo que permitiría completar las seis funciones antes de terminar noviembre, siempre que no se prolonguen las restricciones y que los teatros puedan reabrir al público una vez pasadas estas dos semanas.

Para lograr la reubicación de las representaciones, la Fundación contó con la complicidad tanto de la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA) y del reparto de la ópera como de los técnicos. “La Fundación Ópera de Oviedo desea mantener la temporada y en la búsqueda de alternativas hemos recibido el apoyo unánime de todos los artistas, los técnicos, el personal del teatro y la orquesta para reubicar las funciones de ‘Madama Butterfly’ en fechas cercanas”, insiste la Fundación, que precisa que se seguirá de cerca la evolución de las medidas decretadas por el Principado “para adoptar otros cambios si fuera necesario”.

En el seno de la Fundación asumen que, en el momento actual, la salud de los ciudadanos prima sobre otras cuestiones, pero reconocen estar “preocupados por el gran impacto que tienen en la economía de nuestra organización y sobre todo en los profesionales que hacen posible la ópera y otras actividades culturales”. En el ámbito económico, perder las representaciones de “Madama Butterfly” podría suponer un golpe durísimo para la Ópera de Oviedo, primero porque la Fundación ya ha hecho la inversión precisa para su montaje y estreno, y luego porque la obra de Puccini es un éxito garantizado que se preveía que llenase, siempre dentro de las limitaciones impuestas por la regulación sanitaria, el o Campoamor. Un triunfo balsámico para una Fundación muy tocada en lo económico a consecuencia de la pandemia, que las nuevas restricciones pone en peligro.

“¿De qué vamos a vivir, de la pensión de los abuelos?”, lamenta la soprano Ainhoa Arteta

Para los intérpretes, la situación es asimismo muy delicada. La soprano Ainhoa Arteta, que interpreta el rol central de la producción, emitió a través de su perfil oficial en Instagram un vídeo en el que lamentaba la dureza de unas medidas que golpean de manera dramática al sector artístico.

En el vídeo, Arteta explica que en el ensayo de la ópera “había mucha tristeza” tras saber que las restricciones aprobadas por el Principado afectan de lleno a la temporada operística y que su período de vigencia entraba en colisión con las primeras representaciones de “Madama Butterfly”. “Había una tristeza tremenda, con compañeros llorando porque llevaban nueve meses sin pisar un escenario y esta era su esperanza para lo que queda de año”, sostiene. A su juicio, “es muy fácil decidir” cerrar determinados espacios y actividades “cuando se tiene un sueldo fijo”, en cuya opinión aquellos de firman estas medidas “toman unas decisiones que no tomarían si afectasen a sus ingresos”. “¿De qué vamos a vivir, de la pensión de los abuelos que nos van a tener que pagar la hipoteca?”, añade Arteta.