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Beatriz Díaz | Soprano, encabeza el reparto del “Viernes de la Ópera” de “Madama Butterfly”, título aplazado a causa de las medidas anticovid

“Sería interesante que nos dijeran las razones por las que han cerrado un teatro”

“El propio Adrián Barbón defendía hace dos semanas que la cultura es segura, y ahora ha adoptado estas medidas”

Beatriz Díaz, durante un ensayo de “Madama Butterfly”.

La soprano asturiana Beatriz Díaz encabeza el reparto de “Madama Butterfly” para la sesión del “Viernes de la Ópera”. Con la función programada originalmente para el día 20, y con las fechas en pleno proceso de revisión (las seis funciones se han reprogramado entre el 20 y el 30 de este mes, una vez que concluyan las medidas restrictivas impuestas por el Principado), Díaz está ahora a la espera de ver cuándo podrá debutar en uno de sus roles favoritos del repertorio operístico.

–¿Cómo reaccionó al saber que las medidas restrictivas obligaban a cerrar el Campoamor?

–-La verdad es que el sentimiento era de impotencia, de frustración. No puedes hacer nada para evitarlo, y no es una decisión que se deba a que tú hayas hecho nada. Te quedas frustrado, porque el trabajo estaba rodado, íbamos a velocidad de crucero como para salir del horno ya. Nos da mucha pena a todos, porque había muy buen ambiente y era una gran producción, con una puesta en escena preciosa. Todos estábamos luchando por un proyecto con una pinta estupenda, poniendo todas las ganas. Y cuando de repente, de un día para otro, te corta las alas, te quedas en stand by. Tienes que resetear y procesar la información.

–Usted encabeza el reparto de la función de “Viernes de la ópera”, que originalmente se iba a representar el día 20. ¿Sabe cuándo se reprogramará su función?

–Ahora mismo está todo un poco en el aire. Estamos intentando ver de qué manera se podría retomar, variando las fechas porque hay compañeros que tienen fechas comprometidas y porque tenemos que jugar con períodos más cortos de tiempo. A día de hoy, mi función seguiría siendo la del 20, pero puede cambiar y, en todo caso, depende de que nos den luz verde.

–Tienen la esperanza de que esta situación no se va a prolongar y que van a poder estrenar este mes, ¿no?

–Claro, nosotros estamos con la idea de que las cosas seguirán su cauce y que el día 18 podremos ya entrar en el teatro. Me consta que la Ópera de Oviedo está haciendo todo lo posible y más para poder reanudar la producción no perder el trabajo. Pero yo estoy convencida, y si no es este año será el que viene, aunque sería una pena.

–Para la Temporada de Ópera sería un palo tremendo, tener que cancelar una producción de esta envergadura. Y para el elenco entiendo que también, ¿no?

–Es que es un año tremendo a todos los niveles. Además hablamos de una producción muy importante, que viene de Düsseldorf, que ya está aquí y que, si no se puede hacer, pues supone unos gastos, aparte de lo que perderíamos las más de cien personas implicadas en la producción. Para todos nosotros, laboralmente, es una situación muy difícil, y todos tenemos un poco de miedo que se pueda repetir. Esperamos poder retomar una cierta normalidad, entre comillas. Que implica cosas como trabajar con mascarilla o que te tomen continuamente la temperatura, pero preferimos esa “normalidad” a que no exista la ópera. Todo el mundo está poniendo mucho de su parte, dándolo todo, por hacer que el trabajo vaya para adelante. Pero entre una cosa y otra, este es un año casi perdido . En enero y febrero se pudo hacer algo, y después de que se levantase el confinamiento también, aunque hay mucho miedo de que finalmente no se pueda llevar a cabo el trabajo, por cuestiones que no están en tu mano, y eso pueda suponer unos gastos.

–Usted, además, tenía muchas ganas de hacer “Madama Butterfly”, ¿no?

–La verdad es que para mí hay dos óperas muy especiales: “La bohème” y “Madama Butterfly”. Es una cuestión de gusto personal, de carácter. Es cierto que el repertorio de Puccini exige al cantante una madurez bucal y llegar con unos mimbres técnicos muy asentados, porque cada obra es un “tour de force”. Pero para mí es algo especial, y me apetecía además acercarme al personaje en casa, y viendo trabajar a una persona como Ainhoa Arteta, que tiene dominado el papel. Era una manera de enseñar una faceta nueva de mí. Vengo haciendo unos repertorios más livianos, lírico-ligeros, y este era un reto más grande. Para mí, era como decir que incluso en este año perdido podía hacer algo especial. Fue un reto que me ayudó durante el confinamiento, cuando trabajé muy duro para llegar en plenas facultades. Y ese reto especial, cuando lo tienes tan cerca, cuando es la gran ilusión de un año muy duro, pues te pasa ésto y te descoloca un poco los planes.

–“Madama Butterfly” pasa por ser el título estrella de la temporada. ¿Es una producción tan impresionante como promete?

–A mí me parece espectacular. Yo adoro a Puccini y la música de Puccino, y los cantantes que están implicados en esta producción son auténticos especialistas en este repertorio. Alguien podrá decir que con todo lo que está pasando se agradecería más ver una comedia y esta tragedia tremenda, pero puedo asegurar que salíamos emocionados de los ensayos. Lo que hace el primer reparto sobre el escenario me parece espectacular, yo salía con lágrimas en los ojos. Pero es todo, lo que hacen Óliver Díaz con la orquesta, y Joan Anton Rechi con la escena, es impresionante. Al terminar el primer acto te invadía una congoja tremenda. Yo tuve la suerte de trabajar con ellos en otra obra muy diferente, “L’Elisir d’Amore”, que era divertida, burbujeante. Y ahora estoy con ellos en esta obra que es el polo opuesto, una tragedia que es tremenda a nivel psicológico, que es muy potente y que te deja huella. Puccini tiene algo que te atrapa.

–¿Conoce usted algún caso de contagio de coronavirus en un teatro?

–Con el corazón en la mano, puedo decir que no. No conozco que haya habido ningún brote vinculado a un teatro. Cuando en julio se hizo “La Traviata” en el Palacio Real no pasó nada, y el inicio de esta, con “Un ballo in maschera”, tampoco. Pero es cierto que cada comunidad autónoma hace un poco lo que le parece que tiene que hacer. En Sevilla han montado sesiones en streaming con el público en el teatro limitado a 200 espectadores; en Madrid está abierto con restricciones de aforo; en Bilbao han aplazado el estreno de “Alzira” porque tienen miedo a no poder hacerlo... Estamos todos mirando a un lado y a otro, un poco “allí sí, allí no”. Sería interesante que nos dijeran las razones por las que se cierra un teatro. En realidad, yo creo que todos los informes que circulan por ahí coinciden en que los teatros son seguros, y hasta Adrián Barbón decía, hace dos semanas, que la cultura es segura y que se había visto que no había problema, y que no se tocaba. Eso fue hace dos semanas, un apoyo público en toda regla, y ahora, con estas medidas, se cierra todo.

–Invita a la confusión.

–Es todo un poco confuso, sí. Porque además venimos de San Mateo, cuando se realizaron muchísimas actividades con público, incluso algunos conciertos con 600 o 700 personas, y no pasó nada ni se registraron contagios. Te sientes impotente, porque ves que no acabamos de salir de esto, aunque supongo que estamos igual en todos los sectores.

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