La temporada de Ópera de Oviedo es, entre las grandes temporadas del país, la que menos dinero recibe de su propia comunidad autónoma. Este año han sido apenas 115.000 euros, con un pírrico incremento de 5.000 respecto a las cantidades recibidas en los años precedentes. Una aportación que contrasta con las ayudas del Gobierno central y del Ayuntamiento (que aporta cuatro veces más fondos) y que lastra los esfuerzos de la temporada lírica ovetense para convertirse en la ópera de referencia del noroeste español.

El presupuesto de la Fundación Ópera de Oviedo para esta temporada se cifra en 2.942.707 euros. De ellos, apenas 998.750 euros, el 33,9%, proceden de ayudas públicas. Ademas de los 115.000 euros que aporta el Principado, el Ayuntamiento de Oviedo está subvencionando la temporada con 475.000 euros (una cantidad que no se ha incrementado en el último lustro) y el Gobierno central con 408.750 (la misma cantidad que en la temporada pasada).

De las tres administraciones que colaboran en la financiación de la Temporada de Ópera, solo el Ayuntamiento ha mantenido unas aportaciones más o menos estables. El Ministerio de Cultura, que llegó a destinar 900.000 euros a la temporada ovetense, redujo dramáticamente su aportación hasta los 250.000 euros que destinó en cada uno de los ejercicios entre 2013 y 2015. Desde entonces, y en virtud del creciente prestigio de la Ópera de Oviedo, esa cantidad se ha incrementado de manera progresiva hasta alcanzar los 408.750 euros que se destinaron en el presente ejercicio, y que se mantiene en la misma cuantía en el proyecto de Presupuestos presentado por el Gobierno de Pedro Sánchez.

La temporada ovetense es, de hecho, la segunda que más recibe del Ministerio sin estar vinculada a un espacio escénico, esto es, dejando aparte aquellas que reciben aportación como teatro, y no como temporada.

Mayor aportación

La Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera, que impulsa la temporada de Bilbao, es la que recibe una mayor aportación del Gobierno fuera de las vinculadas a teatros: 620.000 euros, una cifra apenas 2.500 euros por encima de la que ingresó los últimos ejercicios.

Estas cifras quedan muy por debajo de las que reciben entidades de gestión que, a partir de un teatro propio y dentro de un programa más amplio, desarrollan temporadas líricas, como son el Teatro Real de Madrid, El Liceo de Barcelona, el Palacio de las Artes de Valencia o el Teatro de la Maestranza de Sevilla .

El Liceo de Barcelona lleva años siendo el mayor receptor de las ayudas estatales. En 2020, el teatro catalán recibió 7.111.120 euros de aportación ordinaria, aunque el Ministerio de Cultura le hizo otras tres aportaciones adicionales de capital que elevó en otros tres millones de euros, para un total de 10,1 millones. En el proyecto de presupuestos para 2021, la ayuda principal se mantiene, aunque las aportaciones adicionales se elevan hasta los 4.222.000 euros. Para la presente temporada, los 10,1 millones que aporta el Estado, junto con las aportaciones de la Generalitat (8,1 millones), del Ayuntamiento (2,3 millones) y de la Diputación de Barcelona (1,6 millones), eleva la ayuda pública al Liceo por encima de los 22 millones de euros, la mitad de los 44 millones que la entidad ha presupuestado.

Durante años, las cantidades que recibe el Liceo han hecho palidecer incluso a las subvenciones del Teatro Real. Para este ejercicio, la institución madrileña recibió una subvención estatal de 9.392.800 euros, además de una segunda partida de medio millón para suplementar su programación especial por el 200 aniversario del teatro. Pero a diferencia de lo que ocurre en el Liceo, la dependencia de los fondos públicos del Teatro Real es relativa. En conjunto, el Teatro Real recibió este año 14,6 millones de euros en ayudas públicas, apenas un 26,7% del total de su presupuesto, cifrado en 54,5 millones. Cara a 2021, el Ministerio de Cultura prevé elevar la aportación al Teatro Real hasta aproximarse a los 12,3 millones de euros.

Como sucede en el caso del Liceo, la Generalitat Valenciana es una vía indispensable para la supervivencia del Palacio de las Artes Reina Sofía de Valencia, popularmente conocido como “Les Arts”. De sus poco más de 29 millones de presupuesto, el Gobierno central aporta este año apenas 600.000 euros, con la previsión de elevarlo hasta los 895.000 cara a 2021. Pero a cambio, la Generalitat aporta 18,8 millones, de un total de 29 millones de presupuesto. Entre una partida y otra, un 67% de los ingresos del teatro valenciano proceden de aportaciones públicas.

El caso del Teatro de la Maestranza es singular. En la temporada 2019/2020 trabajó sobre un presupuesto de 8,6 millones, que tenía fuertes aportaciones públicas, tanto del Gobierno central (1,6 millones) como de la Junta de Andalucía (2,06 millones), la Diputación de Sevilla (456.000 euros) y el Ayuntamiento (1,17 millones). En conjunto, las ayudas suponían del orden de un 67% del total de ingresos. Pero con la crisis del covid, el resto de los ingresos del teatro se desplomó y La Maestranza, como otros muchos equipamientos culturales, cerró con pérdidas. Cara a la nueva temporada, el Gobierno central y la Diputación ya han ampliado sus aportaciones (desde Madrid en 600.000 euros, y desde la Diputación en 185.000), hasta superar los seis millones de euros. Justo el presupuesto estimado de La Maestranza para una temporada que se prevé convulsa.

Al margen de los teatros, entre las temporadas gestionadas por Fundaciones o Asociaciones de Amigos creadas específicamente en torno a la ópera destaca la de Bilbao, que cuenta con más de 4.000 socios. Con 7,3 millones de euros de presupuesto, la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera recibe 620.000 euros del Gobierno central, 600.000 del Gobierno vasco, 410.000 de la Diputación Foral de Vizcaya, y 255.000 del Ayuntamiento. En conjunto, las ayudas públicas alcanzan el 25,6% del presupuesto, pero la tradición filantrópica vasca permite a la ópera bilbaína contar cada año con ingresos importantes aportados por patronos y mecenas, y que alcanzó, en 2019, la cantidad de 1,77 millones de euros, un 24,2% del presupuesto de ese año.

Además de Bilbao y Oviedo, las otras temporadas carentes de teatro propio con subvención ministerial son la de Las Palmas de Gran Canaria (115.920 euros) y la de La Coruña (75.000 euros). En el caso de la temporada canaria, con un presupuesto de 1,6 millones, la aportación del Gobierno de Canarias es bastante reducida, apenas 40.000 euros, pero los 280.000 que aporta el Cabildo de Canarias, unido a los 430.000 que aporta el Ayuntamiento, sitúan el saldo anual de las ayudas públicas por encima de los 865.000 euros, un 54% sobre el total del presupuesto.

Más dependiente de las administraciones es la temporada de ópera de La Coruña, una temporada más humilde, pero con expectativas de crecimiento. Sus cifras son, a día de hoy, discretas, pero así y todo recibe unas ayudas autonómicas muy superiores a las de Ópera de Oviedo. Con un presupuesto de 590.000 euros, nada menos que el 74,5% de esa cantidad procede de ayudas públicas: a los 75.000 euros del Ministerio de Cultura se suman 80.000 del Ayuntamiento de La Coruña, 150.000 de la Diputación provincial y 135.000 del Gobierno autonómico. Una dependencia de las administraciones que, ante la reducción de ingresos y la eventual cancelación de espectáculos a causa de la pandemia del covid-19, puede ser una ventaja cara a sortear las dificultades presupuestarias de los próximos meses.