Educación anunció, hace un año, que readmitiría a todas las educadoras infantiles que contasen con una sentencia favorable que incluya su vuelta al trabajo. Y así ocurrió. Los Juzgados resolvieron que el despido de una de las educadoras era nulo, y el del resto, improcedente. Por lo que volvieron a sus puestos de trabajo. Pero, cuando lo hicieron, las condiciones habían cambiado. Donde antes había una jornada parcial, el resto de sus compañeros consiguieron una jornada completa. Pero ellas no. Por ello, han decidido volver a juicio.

Pero lo están haciendo por separado. Las dos primeras educadoras que pasaron por los Juzgados vieron desestimadas sus pretensiones. Pero el resto seguirán pasando por la sala de vistas. Ayer le tocó el turno a Jessica Briones, que pasó por la Sala número 5 de los Juzgados de Oviedo. La educadora cuenta que han planteado el caso basándose en el principio de igualdad. El agravio comparativo, explica, ocurre cuando ganan derechos quienes estaban por detrás en la “cola” que es la bolsa de trabajo. Mientras que las educadoras apartadas por un “despido improcedente” pierden sus “derechos”. Algo que, espera, les reconozca la jueza que se encarga del caso.