Un grupo de investigación de la Universidad de Oviedo, en colaboración con miembros de la Universidad de Florida Central (Estados Unidos), ha desarrollado un método innovador para ayudar a los adultos que tienen dificultades de aprendizaje. En esencia, el protocolo se basa en el análisis de los mecanismos y pautas de aprendizaje de los sujetos, bajo la premisa de que la manera de abordar estos problemas pasa por actuar de forma individualizada.

La investigación, publicada en la revista “JoVE: Journal of Visualized Experiments”, ha sido desarrollada por Rebeca Cerezo, Estrella Fernández, Cristina Gómez y Miguel Sánchez-Santillán, de la Universidad de Oviedo, y por Michelle Taub y Roger Azevedo, de la Universidad de Florida Central. Según precisan los autores en la publicación, el método recurre por un lado a entrevistas y pruebas psicométricas, y por otro al análisis de cómo interacciona el alumno con el ordenador. El protocolo registra el comportamiento del sujeto, incluyendo la grabación de sus movimientos oculares, así como los tiempos que emplea en cada acción.

Además, se registra su respuesta psicogalvánica (los cambios en la conductancia eléctrica de la piel) con un sensor situado en los dedos de una mano, para determinar qué actividades o acciones producen más estrés o ansiedad al sujeto. Unos datos que se contrastan con una serie de cuestionarios que el alumno debe ir rellenando.

Con todos estos datos, los investigadores determinan si el sujeto utiliza correctamente los recursos que tiene a su disposición, y también cómo lograr un abordaje más adecuado para ayudarle a vencer sus dificultades de aprendizaje.