El descanso obligatorio de los taxistas de Oviedo no entrará en vigor al menos hasta el jueves. Si bien el sector tenía previsto poner en marcha la medida ayer, la necesidad de hacer firme una resolución de Alcaldía y repartir entre los 312 vehículos los distintivos de los tres turnos en los que se dividirían a partir de entonces han impedido estrenar una regulación muy esperada por muchos de los profesionales del taxi. “Es necesario porque no hay trabajo para todos”, indicó ayer una taxista de la parada de la calle Federico García Lorca, que en toda la mañana solo consiguió hacer cuatro carreras.

La regulación de los descansos fue aprobada por más del 60% de los taxistas ovetenses, los cuales aceptaron una reducción de 104 vehículos activos a diario de lunes a viernes y la parada de 208 tanto los sábados como los domingos para favorecer que las jornadas laborales sean provechosas. “El panorama económico es desolador”, señaló el presidente de Asotaxi, el colectivo mayoritario de los taxistas de Oviedo, Manuel Arnaldo, para referirse del impacto negativo causado a su profesión desde el cierre del ocio nocturno, el comercio y la hostelería en general.

Las medidas son calificadas como “excepcionales”. La intención es prolongarlas durante el tiempo que dure el nuevo estado de alarma aprobado a finales de octubre y retomar la normalidad al menos hasta que el comercio y la hostelería vuelvan a recuperar los niveles de actividad previos al cierre decretado por las autoridades sanitarias regionales.

Seguridad

Respecto al uso del taxi por parte de los ciudadanos, los profesionales defienden la seguridad de sus vehículos frente a otros medios de transporte colectivos. “Ofrecemos un servicio más seguro e individualizado”, apuntan desde las asociaciones mayoritarias del sector, garantizando las desinfecciones y limpiezas exigidas por las normativas de Salud desde el inicio de la crisis sanitaria del coronavirus el pasado mes de marzo.