El buen tiempo y el cierre perimetral de Oviedo se aliaron ayer para dar un respiro al comercio de la ciudad. El Fontán vivió una mañana de intensa actividad con la vuelta del mercadillo sabatino tras tres semanas de parón y las tiendas de las calles céntricas, especialmente Uría, estuvieron muy concurridas hasta bien entrada la tarde.

Los comerciantes aprovecharon la jornada para hacer algo de caja tras un cierre forzoso letal para sus cuentas de resultados. “El fin de semana va bastante bien”, indicó el presidente del colectivo Comercio de Oviedo, Nacho del Río, satisfecho por ver cómo la gente podía volver a comparar a las tiendas cumpliendo con los límites de aforo y recomendaciones sanitarias.

A pesar del balance positivo, algunos negocios echan en falta la apertura de la hostelería como reclamo para lograr una mayor presencia de potenciales clientes en la calle. “Si reabrieran los bares y los restaurantes se notaría más alegría en la calle”, coincidieron varios pequeños empresarios en un guiño solidario hacia uno de los sectores que peor lo están pasando.