En realidad la verdadera inspiradora de todo esto fue Selma Guisasola, una niña del equipo de gimnastas de La Corredoria que está ingresada en el centro hospitalario desde hace una semana. “Como no podemos ir a verla se nos ocurrió hacer algo para darle ánimos. El pasado domingo fuimos al hospital con un cartel, pero como está ingresada en la séptima planta no lo veía bien. Entonces optamos por atarlo a un globo de helio en forma de corazón y por atarlo a una farola para que estuviese más alto”. A partir de ahí ocurrió algo inesperado. “La gente empezó a asomarse a las ventanas y a saludarnos. Les gustó, por eso nos decidimos a dar el paso y a organizar todo esto”, señala López de Zubiría, que ayer se pegó un buen tute junto a otros voluntarios del club. “Nos levantamos a las seis de la mañana y colgamos unos setenta globos de las farolas para que estuviesen listos cuando se despertasen. Los niños de la planta de pediatría fueron los que más lo agradecieron”, añade.
Mientras tanto, la principal protagonista se recupera en la habitación sorprendida con todo lo que se ha organizado. “Las enfermeras pensaban que se trataba de algún mensaje de un enamorado, pero Selma les decía orgullosa que era cosa de sus amigas. La verdad es que se puso muy contenta cuando vio todo lleno de globos”, explica Ana Belén Vidal, la madre de la pequeña. “Pero no ha sido ella sola, le ha gustado a todo el mundo en el hospital”, añade la mujer.