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Pereira, vuelve el alma del barrio

El histórico líder vecinal de La Corredoria regresa al Ayuntamiento con Ciudadanos para atender la zona rural

Pereira, vuelve el alma del barrio

Puede que los años de jefe de obra para una empresa constructora y las noches de patrulla para acabar con la droga en su barrio de La Carisa acabaran afilando las dotes de organización y mando de Alfonso Pereira Conde (Pillarno, Castrillón, 1947), pero lo cierto es que a principios de los años noventa, cuando Gabino de Lorenzo le nombró alcalde de barrio de La Corredoria, él supo elevar su condición a la de una suerte de coordinador de todos aquellos regidores de distrito. Pereira siempre supo moverse y nunca le gustó estarse quieto, por eso estos días celebra su reincorporación a la vida política en el Ayuntamiento al correr la lista de Ciudadanos, el partido que le fichó en las últimas elecciones, con la salida de la concejala de Educación, Yolanda Vidal.

Pereira, siempre con la escopeta cargada, como le gusta decir, vuelve, además, donde lo había dejado en 2015, para ocuparse de la zona rural, la misma de la que se encargó durante tres mandatos con el PP. Ahora sumará también algunos cometidos relacionados con la revisión de aceras, fachadas, esas “sensibilidades débiles”, en terminología gabinista. Para esos casos, él siempre aplicó la fórmula clásica: “Un argayo se arregla en veinticuatro horas, y si un paisano tiene un problema hay que ir a verlo. Al paisano le gusta verte allí y hablar contigo. Es fundamental”. Ese desparpajo y saber estar en la calle fue, seguramente, clave en su fichaje para el equipo naranja. Ciudadanos sabía, además, que pesaban en Pereira ciertas ganas de quitarse la espina por su salida en 2015. Nadie le llamó para decirle que no iba a ir en la lista. Aquello, dicen sus amigos, le hizo daño.

El regreso de Pereira al Ayuntamiento es también, en cierta forma, el de La Corredoria, el barrio al que ha estado ligado casi toda su vida. Fue de los primeros que se instalaron en La Carisa, y allí, una noche de 1986, mientras cenaba, le captaron para una asamblea y salió vicepresidente de la asociación “San Juan”. Gabino de Lorenzo estuvo atento y alimentó a aquellos esforzados vecinos con equipamientos. Ganaron a la familia Rato la finca y local que hoy es el centro social El Cortijo, luego vino el polideportivo y el este de la ciudad siguió creciendo y transformándose.

Hombre tranquilo y trabajador, a Pereira se le conocen aficiones montañeras, su refugio en la montaña central, con su huerta y junto a su mujer. Pero también esas ganas de salir del banquillo a los 73 años, todavía con mucha guerra que dar.

Queda por ver cómo funcionará la ecuación de un expopular en un gobierno de coalición entre Ciudadanos y PP. En principio, Pereira salió mal pero con una fidelidad intacta hacia quien fue su mentor político, Gabino de Lorenzo. No es una filiación que en principio le tenga que aproximar demasiado ni al Alcalde ni a los concejales populares, entre los que hay todavía algunos compañeros de aquellos maravillosos años.

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