Entre el esqueleto de la Popular Ovetense quieren levantar un cubo de cristal. Será un edificio renovado que Urbanismo quiere destinar al mundo del arte y convertirlo en pulmón de la segunda vida que pretende darle a la Fábrica de Gas. Una muy distinta de la que planteaba el plan especial que está aprobado desde 2012. La idea de la concejalía, ahora, es transformar el recinto fabril en un ecosistema en el que convivan viviendas de protección oficial destinadas a jóvenes artistas, vestigios del patrimonio industrial y suelo empresarial de vanguardia. Para llegar a acometer el nuevo proyecto en la nave de la Popular Ovetense y en el resto del recinto, EDP tiene que dar primero su visto bueno, por lo que urge una negociación con la empresa si es se trata de que el edificio conserve más elementos de los que se protegerían de ejecutarse el plan especial. Porque EDP no está obligada a ir más allá del plan.
El Ayuntamiento siempre mostró interés en hacerse con la fábrica, y se mostró cauto respecto al plan diseñado por el arquitecto César Portela. Llevarlo a último término nunca estuvo en la agenda del equipo de gobierno. En principio, pensaban abandonarlo una vez ejecutada la descontaminación, que conlleva unos polémicos derribos que han levantado las críticas de la oposición y los colectivos. Se reclama destinar el recinto fabril al mundo del arte, y no levantar “pisos de lujo” sobre la nave que trajo la electricidad a Oviedo. Es cierto que eso, las viviendas, es lo que figura en el plan especial, pero desde el Consistorio aseguran que nunca fue su idea. La concejalía de Urbanismo dirigida por Nacho Cuesta se desmarcó en el último pleno y anunció su intención de “mejorar el plan especial”.
Ese matiz en el parecer municipal tiene su traducción en el plan adelantado por LA NUEVA ESPAÑA en el que se querría dedicar la mayor parte de la Fábrica de Gas al mundo del arte y de la empresa. La zona residencial destinada a una joven comunidad artística y a los emprendedores tendría su epicentro en una nave remozada al modo de otros vestigios industriales europeos. Una de las ideas que ha servido de inspiración en la concejalía es el proyecto “Corso” de la ciudad de Praga. La obra, del arquitecto catalán Ricardo Bofill, es similar a lo que tienen en mente en el Ayuntamiento: mantener la estructura externa del edificio y combinarlo con la arquitectura moderna incorporando una estructura de cristal y metal.
Planes ambiciosos para el edificio que deberían contar, para ser lo más fieles posible con la idea original, con el beneplácito de EDP. La empresa tendría mucho que decir si finalmente el Consistorio pretende conservar más elementos que la nave que la fachada de Postigo. Esta última cuenta con una protección de carácter ambiental y el plan mandaba mantenerla integrándola en el nuevo bloque de viviendas, algo que el colegio de arquitectos siempre ha rechazado, calificándolo de pastiche. Ahora, Urbanismo podría ir más allá. La razón para que EDP pueda poner problemas al nuevo plan municipal tiene que ver con los obligados trabajos de descontaminación. La empresa quiere vender, el Ayuntamiento comprar y, hasta ahí, no habría ningún problema. Pero la descontaminación obliga a levantar los suelos sobre los que está la Popular Ovetense, y hacerlo conservando más muros encarecería los trabajos.
El plan de descontaminación que se está tramitando contempla el derribo de varias estructuras “sin valor patrimonial”, además de los otros muros de la Popular Ovetense. Contra lo que piden los colectivos y la oposición, dicha licencia no puede ser paralizada motu proprio por el Ayuntamiento. Quién sí que podría aceptar descontaminar sin tirar las fachadas sería EDP, pero seguramente exigiría una contrapartida al Ayuntamiento por los sobrecostes. Otra posibilidad es que Cultura, que tiene que informar sobre el asunto, cambie de criterio.
Desde la oposición se plantean otras opciones. Ayer, el concejal de Somos Nacho del Páramo y el Secretario de Podemos Daniel Ripa propusieron al Principado comprar todo el recinto para “protegerlo de la piqueta”.
