Alrededor de una veintena de sintecho podrán utilizar el comedor de la Cocina Económica de Oviedo a partir de la tercera semana de este mes. Ese es el plazo que maneja la junta directiva de la institución solidaria después de que técnicos de la Consejería de Salud visitasen ayer por la mañana sus instalaciones de la calle San Vicente. La noticia supone una gran alegría para la responsable del servicio, sor Esperanza Romero, quien la próxima semana se despedirá del cargo tras nueve años de “total entrega”, como ya adelantó LA NUEVA ESPAÑA el pasado mes de agosto, para dejar el testigo a sor Fernanda, una monja que llegará esta misma semana desde Gijón.
El comedor lleva cerrado desde el inicio del estado de alarma el pasado 14 de marzo y los directivos de la Cocina Económica llevan meses preparando su reapertura para proteger a los más necesitados del frío y las duras condiciones del invierno. La intención es reabrir sus puertas el día 21 con dos turnos y un protocolo de actuación que garantice la separación de los comensales y circuitos para entrar y salir sin generar aglomeraciones. “El resto de usuarios tendrán que guardar cola para recoger la comida como hasta ahora”, indica el presidente de la institución, José García Inés.
La reapertura del comedor para los sintecho es la última gran apuesta de Esperanza Romero antes de partir a su nuevo destino en León. La religiosa consumió el pasado verano los nueve años establecidos como tope por su congregación de las Hermanas de la Caridad para desempeñar su cargo y está previsto que esta misma semana llegue a Oviedo, proveniente de Gijón su sucesora. “De momento solo sabemos que se llama sor Fernanda y tenemos muchas ganas de conocerla”, explicó García Inés a este diario tras confirmar que Esperanza volverá a la “casa madre” de la congregación en León para desempeñar otras obligaciones.
Donaciones
La organización solidaria, que en los últimos días ha llegado a repartir hasta 380 menús, también está recibiendo numerosas donaciones como la más de una tonelada de patatas donada por el Rotary Club de Oviedo, presidido por José Piloñeta, en colaboración con el Rotary Club de Medina del Campo y el apoyo logístico de la empresa Grupo Mota de Avilés o los 1.200 kilos de fabas donadas por el productor Herminio Noval y el director emérito de la Fundación Princesa, Graciano García.
