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Las curvas de la Ronda Norte: la historia de una obra fundamental para la ciudad que lleva 23 años dando vueltas

La obra, aún en estudio y con solo 100.000 euros para 2021, perdió su gran ocasión hace 23 años, cuando pudo hacerse con fondos mineros

Curvas y más curvas para un proyecto que se eterniza. La raquítica partida de 100.000 euros que le destina el presupuesto estatal de 2021 y el hecho de que las cuentas ya no recojan compromisos concretos para sucesivos ejercicios vienen a confirmar que, salvo giro inesperado de los acontecimientos, aún quedan varios años, como mínimo tres, para que comiencen las obras de la Ronda Norte. De la necesidad de esta circunvalación urbana se viene hablando desde hace cuatro décadas y desde entonces se han ido poniendo varios proyectos y trazados sobre la mesa. Sin embargo, los conflictos políticos, las reticencias por el impacto ambiental que puede generar en la falda del Naranco y la exasperante lentitud de los trámites administrativos han impedido que la iniciativa cuaje y hasta la han devuelto a la casilla de salida. A día de hoy, está en marcha un nuevo estudio informativo, paso previo a los trámites ambientales, los correspondientes periodos de alegaciones públicas, el encargo y la redacción del proyecto constructivo y la licitación y adjudicación de las obras.

La Ronda Norte perdió su gran oportunidad hace casi un cuarto de siglo. Fue cuando estuvo a punto de recibir financiación de los fondos mineros para que fuera ejecutada como tramo inicial de la actual autovía de Oviedo a La Espina (A-63), vía de alta capacidad que ya fue inaugurando fases desde 1999 y que llegó a Grado en 2004. Sin embargo, el enfrentamiento fratricida desatado a finales de la década de los noventa del pasado siglo en el seno del PP asturiano acabó por excluir al proyecto del listado de obras de las partidas para la reactivación de las cuencas, a las que la capital tenía derecho por el pasado minero de Olloniego.

Elevado coste

Lo cierto es que de la Ronda Norte ya se había hablado en la década de los ochenta –apareció por primera vez en el planeamiento municipal hace 34 años– pero acabó quedando en el limbo por su elevado coste y por las complicaciones medioambientales que generaba la construcción por la falda del Naranco. Andado el tiempo, en 1997, tras confirmarse el proyecto para una nueva carretera de Oviedo a Grado y La Espina con cargo a los fondos mineros, el entonces consejero de Fomento del gobierno de Sergio Marqués, Juan José Tielve, presentó una alegación para que la circunvalación de la ciudad se incluyese en la actuación como primera fase del nuevo itinerario. Se trataba de una idea que Tielve ya tenía avanzada desde el punto de vista técnico. Con un coste estimado de 6.000 millones de pesetas, la idea del consejero era llevar a cabo un trazado de 6,1 kilómetros de longitud que partiera de las inmediaciones del Orfanato Minero, con un túnel de 1.300 metros de longitud desde la zona del Instituto Monte Naranco hasta el parque de Purificación Tomás. Luego avanzaría por La Florida y Las Campas, hasta conectar con la carretera de San Claudio y desembocar en Santa María de Piedramuelle y Santo Medero.

A pesar de las reticencias iniciales, Tielve consiguió convencer a los alcaldes y a los sindicatos mineros para que aceptasen la inclusión de la Ronda Norte en los fondos de reactivación de los municipios carboneros. El argumento de que tal medida no restaría dinero para otras actuaciones fue clave para el acuerdo. Pero no tuvo tanta suerte el consejero con importantes pesos pesados del PP. Fundamentalmente con el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, y con quien fuera vicepresidente del gobierno de José María Aznar y secretario general del PP, Francisco Álvarez-Cascos.

Sin fondos mineros

Transcurridos unos meses desde que Tielve anunciara su plan para la Ronda Norte, y ya con Gabino de Lorenzo y Sergio Marqués seriamente enfrentados, el alcalde de la ciudad anunciaba en abril de 1998 que el ejecutivo central descartaba sufragar la circunvalación con cargo a los fondos mineros de la nueva carretera a Grado. El gobierno del Principado insistía en que acceder a las partidas de reactivación era la única forma de acelerar la construcción de la Ronda, habida cuenta de que no tenía consignación económica en el presupuesto estatal.

La falta de sintonía entre la administración local y la autonómica ya había quedado de manifiesto en agosto de 1997, cuando Tielve propuso la construcción de un paso subterráneo en General Elorza, a la altura del entronque con Víctor Chávarri, que el Ayuntamiento rechazó. La obra no se hizo, pese a que ya estaba adjudicada.

Negociación con Fomento

Tras anunciar personalmente que el ejecutivo de Aznar no iba a poner fondos mineros para la Ronda Norte, De Lorenzo también adelantó que estaba negociando con Fomento un proyecto de circunvalación por el Naranco alternativo al “bluf” y a la “ocurrencia” que para él significaba la propuesta del gobierno regional. Aunque los de Marqués defendieron su autonomía y competencia para elegir parte de los proyectos a incluir en las partidas de reactivación de las Cuencas, acabaron dando su brazo a torcer. El regidor aseguraba que el Ministerio, con Rafael Arias Salgado al frente, tenía la mejor de las disposiciones para sufragar la Ronda, cuyo trazado sería modificado para acercarlo al casco urbano.

A pesar de aquellas buenas perspectivas, lo cierto es que la actuación no obtuvo una consignación presupuestaria consistente en las cuentas del Estado hasta tres años después. Fue en el ejercicio de 2001, cuando se apuntó una asignación de 15 millones de pesetas (90.000 euros) para la redacción de los pertinentes estudios informativos. El documento se sometió a información pública en el verano de 2002, con Cascos en Fomento, y se remitió a Medio Ambiente en noviembre de 2003. Sin embargo, el Ministerio no resolvió el expediente hasta 2006 y, poco después, quedó paralizado por decisión del gobierno de Rodríguez Zapatero.

La “Ronda Verde”

El siguiente capítulo de interés sobre la Ronda no se escribió hasta 2012, cuando el Ayuntamiento, con el popular Agustín Iglesias Caunedo en la Alcaldía, recuperó la iniciativa a través de lo que denominó “Ronda Verde”. Se trataba de una circunvalación más económica y de menor impacto. Baste decir que su coste se estimaba en 22,7 millones de euros, tres veces menos de lo previsto por la administración estatal a principios de siglo. El itinerario incluía un viaducto de 265 metros y un túnel bajo el parque de Purificación Tomás. El proyecto de Caunedo fue abandonado por el tripartito nada más llegar al poder municipal en 2015. El gobierno de la izquierda mantuvo una posición dividida respecto a la circunvalación. El PSOE defendía la Ronda Norte, pero siempre poniendo por delante que el proyecto a ejecutar en ningún caso debería conllevar daños para el Naranco. Somos, con el respaldo de IU, rechazó de plano la Ronda y, a través de Urbanismo, departamento dirigido por el edil Ignacio Fernández del Páramo, diseñó una alternativa consistente en dos vías rápidas de salida hacia la Autovía de la Industria (AS-II) y la de Oviedo-La Espina (A-63).

En pleno debate local sobre cómo solventar los problemas de tráfico de los barrios del norte y el oeste de la ciudad, Fomento recuperó en 2017 el proyecto como una de las condiciones asumidas por el gobierno de Rajoy en la negociación presupuestaria con Foro. El ministro popular Íñigo de la Serna decidió hacer tabula rasa y encargó desde cero un nuevo estudio informativo de lo que dio en llamar Acceso Norte a Oviedo. La empresa adjudicataria lleva ya más de dos años enfrascada en la redacción del documento. Por los avances que han trascendido de cara a los tramites ambientales, el “pinchazo” de la futura circunvalación de la ciudad en la AS-II se realizaría en Pando, concretamente a la altura del cruce con el trazado del ferrocarril Oviedo-Gijón. Para la Autovía A-63, en el otro extremo del futuro trazado, la opción mejor valorada por los técnicos para entroncar con la Ronda es San Claudio. Los corredores interiores seleccionados discurren o bien por la falda del Naranco –al sur del Centro Asturiano y de los monumentos prerrománicos– o bien por el pasillo comprendido entre el hospital Monte Naranco y el barrio de La Florida.

Transcurridos 23 años desde que vio pasar por delante la financiación de los fondos mineros, el proyecto de la Ronda Norte avanza con cachaza, y escasos fondos. Nada ha cambiado. Tampoco la polémica política y social que divide desde hace cuarenta años a quienes abogan por la circunvalación a través de la falda del Naranco y aquellos que defienden alternativas alejadas del monte.

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