En pleno corazón del Antiguo, en la calle San Antonio, número 11, el artista Israel Sastre lleva una vida de vecindad con el Museo de Bellas Artes. Si otras veces Mahoma fue a la montaña y montó, por ejemplo, casi todo un movimiento generacional en torno a una alcayata en la fachada de la pinacoteca, ahora es la montaña la que va a Mahoma y el artista ha convertido su casa en museo, en Museo de Feas Artes de Asturias, MUFA, y hoy lo inaugura.

El museo de Sastre son en realidad las cinco plantas del edificio en el que vive, intervenidas con su obra y las escenografías de Inés Álvarez, su pareja. Ellos viven en el primero, pero la propiedad, en proceso de rehabilitar el resto del inmueble, les ha permitido convertir las cinco plantas en una gran performance que convierte la casa del artista en la exposición total. El MUFA es, en realidad, una inmersión en la obra pictórica y escultórica de Isra, un proyecto expositivo que se podrá ver, en principio, hasta final de año, con cita previa, calma y sin aglomeraciones.

Los propietarios han dejado al artista rediseñar los cinco pisos y exponer en ellos sus obras

A lo largo de las cinco plantas, escalera incluida, se podrán visitar desde el taller de Israel Sastre a su colección de meninas, las pinturas más habituales en su producción, con los colores y trazos marca de la casa y también otras obras menos conocidas, fruto del confinamiento y de momentos complicados, trabajos oscuros, y dibujos, apuntes... El universo Israel Sastre incluye algunos homenajes encubiertos y guiños humorísticos. Así, el trastero del bajocubierta remite directamente a la “casa del artista”, pura bohemia, y en otros rincones se impone una estética de calaveras y kitsch macabro.

Un recorrido por el MUFA no dejará indiferente a nadie. Esa es al menos la pretensión última del artista y su entorno; también, si las circunstancias fueran favorables, poder ayudar a que la propiedad repita con este tipo de iniciativas culturales.