María Luisa Collera Argüelles, viuda del popular joyero Adolfo Casaprima y matriarca de una gran saga familiar que se extiende a sus hijos Sisi, Victoria, Adolfo, Carlos y Antonio y sus descendientes, falleció ayer en Oviedo.

Tras la muerte de su marido, en noviembre de 2005, María Luisa Collera siguió todavía ligada a la célebre joyería de la calle Uría, cuyas puertas cerraría junto a sus hijos tres años más tarde.

Su marido, Adolfo Casaprima Álvarez, había comenzado en el oficio en la joyería Moyano, un negocio instalado en la calle Fruela. Después abrió su primer negocio en 1948, la relojería de la calle del Rosal.

Pasadas dos décadas, en 1968, la familia abrió el establecimiento de Uría, coincidiendo con la construcción del edificio donde se ubicaba, en el número 1 de la céntrica calle ovetense y bajo su majestuosa marquesina de entrada.

A la muerte de Adolfo Casaprima Álvarez, los cinco hijos de María Luisa Collera se hicieron cargo del negocio, que acabaría cesando su actividad tras casi 40 años de presencia en la ciudad.

La matriarca de los Casaprima recibió durante estos últimos años el cariño de su familia, multiplicada con diez nietos y dos bisnietos.

La capilla ardiente ha quedado instalada en el tanatorio de El Salvador y el funeral se celebrará hoy a la una y cuarto de la tarde en San Isidoro el Real.