“Fue un referente en la bonita profesión de dar cobijo a mucha gente”. Así recordó este sábado en del Corazón de María el padre José Antonio, "Toño", a Fernando de Paz, el conocido aparejador y constructor ovetense fallecido el viernes a los 76 años y que ayer congregó a numerosos amigos y familiares con motivo de su funeral en la parroquia de la céntrica plaza de América.
Blanco aprovechó su homilía para subrayar el legado de un hombre que durante más de tres décadas dirigió su propia constructora, llamada Urbenova, participando en importantes proyectos como la construcción del hotel La Gruta o el colegio Buenavista. “¿Cuántos edificios salieron de tus manos?”, se preguntó el sacerdote durante una homilía en la que también destacó el papel de padre y abuelo del emprendedor, entre mensajes de esperanza dirigidos a sus once nietos. “Cuando tengáis alguna duda preguntadle al abuelo, que está en el cielo”, indicó el sacerdote, buen amigo de la familia.
Fernando de Paz llevaba cinco años luchando contra el ELA y sobreponiéndose a las limitaciones de movilidad provocadas por esta cruel enfermedad. Pese a todo, sus allegados y conocidos aseguran que siempre llevó sus problemas de salud con entereza. “Nunca se le borraba la sonrisa de la cara”, indicó el propio sacerdote.
Los numerosos asistentes al funeral llenaron el aforo disponible de la iglesia del Corazón de María que, debido a las restricciones sanitarias, no pudo acoger a todos los que hubiesen deseado dar su último adiós a “un gran hombre”, como lo definieron ayer varios de los asistentes.
Las primeras filas fueron ocupadas por la amplia familia del fallecido, que habitualmente vive repartida por Estados Unidos, Reino Unido, Madrid y Oviedo por cuestiones laborales.
