“Estamos trabajando con el resto de servicios implicados para encontrar la mejor fórmula sustentada en todas las garantías legales para revertir esta situación y que el albergue siga siendo un referente en el cuidado de las mascotas y en el bienestar animal”. Con estas palabras explicaba ayer el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Oviedo, Nacho Cuesta, las gestiones que está liderando para resolver la crisis desatada después de que el centro canino La Ería se hiciese con la gestión de la perrera, el pasado 1 de enero.

Cuesta hizo esta afirmación tras mantener una reunión con Eva Rodríguez –antigua responsable de los trabajadores del albergue, que ha sido despedida por el nuevo gerente– y con varias asociaciones de defensa de los animales, entre ellas Mundo Vivo, la ONG que tiene bajo custodia a “Leo”, el perro que sobrevivió al parricidio de Vallobín, y cuya propiedad reclama el gerente de la perrera. Cuesta reveló además que el lunes envió a una inspectora del Ayuntamiento a levantar acta del estado actual de las instalaciones y de la actuación de los nuevos gestores, y que está a la espera de que la funcionaria emita un informe.

“Ahora mismo es una prioridad máxima solucionar la lamentable situación que se está dando en el albergue, como los impedimentos por parte del nuevo concesionario a la entrada de voluntarios, entre otras cosas, que nadie dude volverán a colaborar con nosotros”, añadió Cuesta, que insistió en que está buscando una solución garantista para resolver “una situación legal compleja que hemos heredado”, en el sentido de que el contrato suscrito por el gobierno anterior permitía la cesión de la gestión del albergue.

Por su parte, el gerente del centro canino La Ería, Juan Carlos González, aseguró ayer, a través de un comunicado, que no habrá despidos masivos del personal y que se mantendrá el voluntariado, aunque de momento está paralizado por haberse detectado “irregularidades”. “Sufrimos el efecto acumulado de una plaga de acusaciones sin pruebas tales como que ‘somos una empresa de dudosas prácticas, que ‘sacrificamos animales’, que ‘pretendemos acabar con el voluntariado, o ‘despedir a toda la plantilla’”, asegura el comunicado, que tacha todas estas acusaciones de “falsedades”.