Las quejas de los padres tienen su origen en el pasado viernes cuando el centro reabrió sus puertas tras las vacaciones navideñas y se encontró con que la calefacción no funcionaba. Pasadas unas horas, las aulas empezaron a calentar, pero para entonces los niños ya habían sufrido una mañana de bajas temperaturas. La situación se repitió tanto el lunes, como el martes y ayer, a pesar de que técnicos del Ayuntamiento acudieron todos los días a tratar de subsanar el fallo. “Desde el primer momento han estado muy encima del problema”, apunta la directora.
La situación preocupa a unos progenitores que ven con incredulidad cómo el personal del centro les recomienda acudir a clase con mantas y no quitar el abrigo en las aulas. “No entendemos por qué no dejan la calefacción apagada por la noche para que no se congele”, indica el padre Javier Ordóñez como respuesta a la explicación dada por el centro.
El propio Ordóñez se puso ayer en contacto con el equipo directivo del colegio, el cual le comunicó su intención de colocar cañones de calor en las aulas como medida de urgencia. “Se está estudiando trasladar la caldera a otro sitio a medio plazo, pero de momento buscaremos otras alternativas”, explicaron los responsables del colegio.