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El Oviedo Rugby pide colaboración entre administraciones para sacar a sus 250 jugadores del barro

El club urge a Principado y Ayuntamiento que acuerden una solución para el mal estado del campo del Naranco

El técnico Alejandro Pedraza, esta semana en el campo de rugby del Naranco.

A gritos, por carta o cantando por soleares. El Real Oviedo Rugby asegura que ya no sabe cómo convencer a las administraciones públicas de la necesidad de dotar de un campo de hierba sintética a los 250 jugadores que integran sus ocho equipos. La entidad considera indispensable iniciar cuanto antes “una negociación seria” entre Ayuntamiento y Principado para acordar la solución para unos deportistas que están hartos de jugar en un campo sobrecargado de actividad y lleno de barro.

El llamamiento del club llega un día después de mantener una reunión con la directora general de Deportes del Principado, Beatriz Álvarez Mesa, en la que la entidad no recibió propuesta de solución alguna. “Nos dicen que el único camino es un acuerdo con el Ayuntamiento y nos piden ayuda para poder alcanzarlo”, explicó el presidente del Oviedo Rugby, Arturo Méndez.

El Ayuntamiento decidió esta misma semana anular el acuerdo alcanzado el pasado mandato entre el tripartito y Deportes a través del cual las partes se comprometían a pagar a medias la construcción de un campo de hierba sintético a cambio de que el Consistorio asumiera la titularidad y el mantenimiento de las instalaciones.

La anulación del acuerdo, criticada ayer desde la oposición por el grupo municipal de Somos, supone volver al punto de partida de una entidad que clama por ayuda. “Tenemos que sacar como sea a nuestros 250 jugadores del barro”, se propone el dirigente de un club decepcionado con la falta de respaldo institucional.

Aunque las quejas vienen de lejos, el rugby local vive actualmente su peor momento. Hasta ahora disponían un día a la semana de un campo en las instalaciones municipales “Tensi”, pero la elevada demanda del fútbol les privó de la disponibilidad de dicho terreno de juego, masificando más si cabe el campo del Naranco.

El continuo uso del terreno de juego de hierba natural para los entrenamientos y los partidos de sus ocho equipos, sumado a las inclemencias del invierno está devolviendo al campo de manera progresiva el desastroso estado que presentaba antes de la pequeña mejora en el drenaje ejecutada por el anterior equipo de gobierno local.

Ahora, desde el Real Oviedo Rugby, solo piden equipararse a los equipos del resto de ciudades de la región. Los clubs de Gijón y Avilés disponen de campos de hierba sintética y en la capital del Principado lamentan haberse quedado atrás en cuanto a espacios para la práctica de este deporte se refiere. “Tenemos el terreno, pero falta apoyo institucional para conseguir un campo digno”, explica Arturo Méndez en relación a una reivindicación que repitieron hasta la extenuación en los últimos años sus antecesores en el cargo, Francisco Baruque y Álvaro Botas.

Inversión inasumible

A pesar de las peticiones del club, en el Ayuntamiento de Oviedo se muestran tajantes: no asumirán la gestión del campo de rugby si el gobierno regional no se hace cargo de las obras para sustituir el campo actual por uno de hierba artificial. El equipo de gobierno municipal considera que con la coyuntura económica actual es imposible abordar una gran inversión en unas dependencias que ni siquiera son de su titularidad.

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