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"Es una obra grande de Oviedo": El Vasco se empieza a llenar de vida entre el aplauso de los vecinos

“Va a dar mucha alegría al barrio”, dicen los residentes, entusiasmados ante la apertura del primer comercio del complejo

“¡Ya era hora! Hace 16 años que esperamos las obras de El Vasco y por fin caminamos por aquí"

“¡Ya era hora! Hace 16 años que esperamos las obras de El Vasco y por fin caminamos por aquí" Elena Vélez

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“¡Ya era hora! Hace 16 años que esperamos las obras de El Vasco y por fin caminamos por aquí" Franco Torre

"El complejo de El Vasco es una obra grande de Oviedo”. Con estas palabras define Vito Pardeiro el impacto que, a su juicio, tendrá sobre la ciudad el desarrollo residencial, comercial y de ocio que va tomando forma entre Gascona, Víctor Chávarri y Martínez Vigil. Con el parking ya en funcionamiento y la apertura, este lunes, del Mercadona en la planta baja, el complejo de El Vasco es ya más realidad que proyecto, aunque los cientos de ovetenses que, desde las nueve de la mañana, recorrieron el enclave intuyen que lo mejor está por llegar.

No hay más que subir en el ascensor del ya icónico letrero de Oviedo para ver el diferente grado de cocción del complejo. En la planta baja, el supermercado bullía de gente, en un trasiego continuo por ese paseo rescatado para el tránsito peatonal. En la primera y segunda planta, los obreros trabajan a destajo para terminar las oficinas y los locales de hostelería y ocio, que darán forma a ese gran bulevar que completarán, junto a Gascona, la “milla del sabor”. En lo alto del complejo, junto a las viviendas ya en uso, emergen los cimientos de futuros desarrollos residenciales y hoteleros.

Carlos Álvarez: “Cuando llegamos aquí, hace más de treinta años, esto era un descampado. Estaba todo sucio, abandonado, lleno de ratas. Teníamos que ir a Gascona para poder bajar al Vasco. Estábamos esperando esta losa desde hace 16 años”

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Para los ovetenses, el complejo es “espectacular”. Así lo definen, de hecho, Dahiana Peña y Nicole Mejía, naturales de la República Dominicana pero residentes en la ciudad. Mejía, que vive en Gascona, celebra el refuerzo comercial que el complejo supone para la zona, y también su función urbana, articulando el tránsito urbano en toda esa zona de la ciudad, un espacio ganado para los peatones. “Con este supermercado que han abierto y con los otros comercios que están proyectados, toda esta zona va a ganar mucho y le va a dar mucha alegría, porque hasta ahora tenías que ir hasta Salesas o desplazarte ya a Parque Principado para tener una buena oferta comercial, y ahora lo tendremos aquí mismo. Pero además, a los que vivimos en la zona nos viene fenomenal porque te permite ahorrar mucho tiempo”, sostiene Mejía, que pasó por el centro comercial al mediodía, poco después de que lo visitara el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli.

Entre los vecinos del barrio, muchos aún se pellizcan al ver el complejo semiabierto. “Estábamos esperándolo como agua de mayo”, explica María Felisa Díaz, que vive con su marido, Carlos Álvarez, en Indalecio Prieto. “Cuando llegamos aquí, hace más de treinta años, esto era un descampado. Estaba todo sucio, abandonado, lleno de ratas. Teníamos que ir a Gascona para poder bajar al Vasco. Estábamos esperando esta losa desde hace 16 años”, relata Carlos Álvarez, que al mediodía de ayer paseaba por lo alto del complejo junto a su esposa y a su nieto, Sergio González, de año y medio.

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El Vasco estrena su primer negocio Irma Collín

Desde que la losa está abierta al tránsito, los hábitos de los vecinos han cambiado de forma radical. “Yo salgo todos los días a caminar. Antes iba hasta La Manjoya, pero ahora camino por aquí. Y estoy continuamente encontrándome con gente que esta paseando o haciendo deporte”, explica Carlos Álvarez. Mientras lo dice, señala a un propio, enfundado en un chándal del Real Oviedo, que corre pegado al muro que remata la terraza, con su silueta recortada contra los tejados de la ciudad. “Ese viene todos los días”, afirma Carlos Álvarez.

Una adolescente a lomos de un monopatín adelanta al corredor en su veloz carrera hasta el final de la terraza, que conecta con el inicio de Gascona. “Es muy cómodo, la verdad. Salí del médico y vine a hacer unas compras, y llegas en nada”, explica Blanca Valcárcel, agradecida por ahorrarse la cuesta del Vasco. “Está muy limpio y es muy amplio, aunque me preocupa que no haya suficientes plazas de garaje, y también que veo a mucha gente que no respeta la distancia de seguridad”, añade la ovetense, preocupada al ver a un grupo subirse al ascensor. “Haría falta alguno más, especialmente ahora”, sostiene.

Más allá de estas cuestiones, los vecinos se muestran encantados. “Yo soy del 2000 y llevamos mucho tiempo esperando por esta obra, hemos oído hablar de ella siempre”, asegura Paula Álvarez-Linera, que vive en El Milán y que, acompañada por su hermano Jaime, se desplazó por la mañana a hacer unas compras al nuevo supermercado. “Este complejo le va a dar vida al barrio”, concluye Paula Álvarez-Linera.

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